
Gen Z en Tik Tok: iniciar entre críticas y likes
Con 20 años, Isabella Vargas y Valeria Franco sembraron una comunidad virtual que las hace crecer en redes
En la pandemia por covid-19 despegó el reconocimiento de aplicaciones usadas para matar el tiempo libre. Mientras algunos adolescentes ‘maratoneaban’ todas las series y películas en Netflix y otros participaban en juegos en línea, Valeria Franco e Isabella Vargas prendieron sus cámaras, cada quien por su cuenta, y se unieron a TikTok, que cada vez ganaba más territorio entre la generación Z, los nativos digitales que nacieron entre 1997 y 2012.
Ahora, con 20 años y combinándolo con sus estudios, las jóvenes le cuentan a EXPRESIONES cómo lidian con la fama emergente y riesgosamente impredecible que ganaron haciendo videos de estilo de vida que incluyen vlogs de sus aventuras juvenile, mientras atraviesan las emociones y experiencias propias de su edad.
¿Qué las diferencia de otros creadores de contenido?
C: Mi boom fue en 2021, ahí eran famosos los vlogs pero no era común grabar con el lente de la cámara en 0,5 ni había mucha posproducción. Entonces yo hacía eso, pero ahora, como eso es lo común, mi contenido es más orgánico.
V: Tengo bases de edición pero busco que mis videos conecten con las personas que me siguen, no me importa si un video no alcanza números tan virales mientras genere interacción real con mi comunidad, porque eso es lo bonito.

¿Catalogan a su comunidad como sus amigos virtuales?
C: Sí, totalmente. Yo hablo en la cámara sin hacer cortes, entonces la gente siente que estamos en llamada. Creo que soy una amiga para ellos y ellos lo son para mi.
V: Me he encontrado con varias seguidoras cuando salgo y amo interactuar de forma genuina porque tenemos cosas en común. Me emociona y reconforta que mi forma de ser conecte con ellas.
¿Cuál es el mayor desafío de empezar en la industria del contenido?
V: Trabajar con marcas en Ecuador es difícil porque no se maneja de una manera tan buena, eso es lo malo cuando recién te buscan. El proceso creativo tiene un precio y cuando inicias, algunas marcas de manera consciente se aprovechan.
C: Está tan normalizado que al inicio sí tiendes a cobrar menos porque no sabes cuánto vale. Las marcas te dan un presupuesto y tú aceptas porque no tienes conocimiento de la realidad de trabajar en el medio.
Vulnerables y reales
“No necesariamente porque saque mi celular significa que me voy a desconectar de lo que estoy sintiendo en ese momento”, dice la influencer Vale Franco. Ella y Chavi, también creadora de contenido, comparten más que la edad y una amistad que nació en redes: ven las plataformas como un espacio para ser ellas mismas. Eso incluye mostrarse vulnerables, como cuando terminan un mal día y reflexionan frente a la cámara con lágrimas en los ojos, aunque no todos lo entiendan.
El 20 de enero de 2025, por ejemplo, Vale subió un tiktok con la canción Querido yo de Camilo mientras lloraba con la letra. “Después de un día cansado, la escuché mientras estaba en la red, me identifiqué y grabé mi reacción real”, cuenta. Pero no todos vieron esa vulnerabilidad con buenos ojos. “Mi papá, después de ver el video, me dijo ‘¿pero por qué te subes llorando?’. Días después, cuando vio que Camilo me reposteó, me dice ‘¡mijita, te subió Camilo!’, entonces ahí supo a dónde me llevó esa vulnerabilidad que hace que otros se identifquen con cómo me sentí”, agrega entre risas.
@valefranfal Camilo, girl, I-😭 me tomaste desprevenida😃😃 IG @valefranf | Pero la sacaste en el momento en el que más la necesitaba escuchar💗
♬ Querida Yo - Yami Safdie & Camilo
Para Chavi, en cambio, compartir emociones en redes no siempre es solo una cuestión de expresión, sino también de la necesidad de mantenerse vigente. “Si dejas de subir contenido (por un largo periodo) porque te sientes triste, el algoritmo eventualmente te va a botar y no vas a salir más, entonces, aunque esté llorando, lo comunico”, explica. “La gente dice ‘ay, es que tú solo pasas llorando’, pero ese es mi contenido, yo siempre he sido así”. Más allá de mostrarse vulnerables, para ellas se trata de recordarle a su comunidad, a la que describen como su grupo de amigas virtuales, que son seres humanos imperfectos. “Está bien sentirse mal y pensar que no tienes rumbo en la vida”, afirman.
El reto de mutear el odio
Iniciarse como tiktoker no es tan fácil como parece. Valeria Franco e Isabella Vargas saben lo que es enfrentarse a la burla de quienes alguna vez las rodearon por crear contenido digital. “Mis verdaderos amigos se sienten cómodos con que yo saque mi celular y empiece a grabar de la nada”, dice Franco. “Sé que ellos nunca me van a juzgar por querer capturar un momento”. Pero no siempre fue así.

Ambas comenzaron en redes cuando aún estaban en el colegio. Al principio, niñas más pequeñas se acercaban a decirles que les gustaba su contenido, lo que las motivó a seguir. Pero mientras unas las admiraban, otros lo rechazaban. “En mi promoción se burlaban y yo escuchaba lo que decían. Entonces dije: ‘okey, voy a parar, estoy dando vergüenza’”, recuerda Vale. “Dejé de hacer contenido hasta que llegué a la universidad y conocí a nuevas personas”.
Chavi vivió algo similar. “Las niñas de mi colegio me empezaron a reconocer, pero mis ‘amigos’ se reían”, cuenta. “Mucha gente que conozco, aunque ellos no saben que yo sé esto, se reían de mí por hacer videos hasta que vieron que marcas me contrataban, iba a eventos y la gente me reconocía. Ahora ellos empezaron a hacer contenido como si no lo hubieran basureado (el oficio) al inicio”. Pero descubrió que el odio no solo llega en persona sino también en redes.
“Recibí muchos comentarios por dejar la universidad en Quito y regresar a Guayaquil. Decían ‘ay, ¿solo por salud mental? Deberías agradecer por el privilegio que tienes’”, recuerda. “Entiendo su punto, pero nadie sabe por lo que estaba pasando. Hubiera sido peor quedarme allá y arriesgar mi vida que volver y trabajar duro para pagarme mis estudios”. Aunque no pueden detener los pocos comentarios negativos que reciben, aceptan que “La gente mala siempre va a existir pero hay que seguir”.
Fotos: Andrick Cantos ig: @andrickcantos
Produccion y estilismo: Alejandra Cereceda
Maquillaje: Marigina Barreiro: ig: @marigina_makeup
Peinado: Efrain Zurita (ig: @efrazurita_hairymakeuppro)
Vestuario: Bananarose (ig: @bananarose.ec
Zapatos: Gina Coss (ig: @ginacossoficial)
Locación y accesorios: GirlHood Concept Store+Coffee (ig: @girlhood.ecu)
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