Ocio

Dayanna Copete modelo afro que ha sido imagen de Shein
Orgullosa de sus raíces: Dayanna impulsa un proyecto de moda afro con impacto social.Fotos: Evelyn Casuso

Dayanna Copete, la modelo que conquistó China y hoy impulsa su marca afro

Fue imagen de Shein y modelo en Medio Oriente, pero su mayor apuesta es local: Afro Paty, un proyecto de moda con identidad.

“Nací en una comunidad donde ser negra muchas veces no es sinónimo de belleza, sino de invisibilidad. Gracias al modelaje aprendí a alzar la voz y luchar por otras generaciones”, dice con firmeza Dayanna Copete (26) quien ha ganado un lugar en el mundo de la moda con la fuerza de quien ha tenido que construirlo todo desde cero.

Desde pequeña soñaba con las pasarelas, pero también con estudiar, trabajar, viajar y representar con orgullo sus raíces. Hoy, luego de haber modelado para marcas como Shein en China y otras, en  países como Turquía, Egipto y Jordania, Dayanna está de paso en Ecuador con un propósito claro: visibilizar la belleza afro desde la moda, el contenido digital y la formación de nuevas generaciones. “Si no hay espacios para nosotras, lo creamos. Así nació Afro Paty”, cuenta sobre su nuevo emprendimiento.

El camino no ha sido fácil. Antes de pisar grandes estudios o sets de campaña, recorrió castings. “He escuchado de todo, pero aprendí a no disculparme por ser quien soy”, afirma. Su temple y resiliencia le han valido oportunidades únicas, como trabajar con importantes tiendas, entre esas, Payless, Dipaso, Toni, Flormar, Pilsener, Pinto, Deprati, Etafashion, entre otras, hasta participar en campañas que la llevaron a más de cinco países.

En paralelo, estudia Administración de Empresas y genera contenido a través de sus redes, busca inspirar a mujeres jóvenes que, como ella, no siempre se sintieron representadas en los medios. “Quiero que las niñas afro vean que sí se puede. Que sepan que su cabello, su piel, su historia no son obstáculos”.

Con Afro Paty, espera conectar con diseñadoras, estilistas y consumidoras afro en Ecuador y fuera del país. Su visión: crear una comunidad que celebre sus raíces y desafíe los estándares tradicionales.

Shein y el modelaje afuera

Nath Quiñónez

Nath Quiñónez: la modelo rinde tributo a Esmeraldas en su sesión de preboda

Leer más

¿Cómo inició su carrera internacional?

Mi agencia madre me consiguió un contrato en Turquía por tres meses, pero me terminé quedando un año y cuatro meses. Trabajé con marcas locales y también de Londres. Después estuve en Egipto, Jordania y otros países.

¿Fue difícil adaptarse al principio?

Los primeros tres meses fueron duros. No hablaba inglés y dependía de una compañera española para traducir. Cuando ella se fue, la pasé mal. Las otras modelos me veían vulnerable y me atacaban. Pero dije: “No más”. Aprendí inglés en cuatro meses y ya podía defenderme.

Luego vino China ¿cómo fue el casting para Shein?

El casting fue en China, y funciona así: te pagan el viaje y la estadía, pero eso no garantiza que vayas a ser contratada. Depende mucho de ti como modelo. En mi caso, les gusté. Me probaron veinte looks y, a los dos días, me llamaron para una campaña de maquillaje para Sheglam. Ese fue el trabajo más importante que hice con ellos; después vinieron otros, como catálogos y contenido web.

¿Cómo fue esa experiencia?

Estuve cinco meses. Aunque no hablaba chino, me entregaban un sistema que traducía todo. Modelé para maquillaje, ropa, catálogos. El edificio donde trabajábamos tenía pisos enteros con modelos de todo tipo: plus size, tercera edad, afro, de todo.

¿Ha podido transmitir todo lo aprendido a otras chicas?

Sí, di cuatro workshops el año pasado. Enseñé desde fotopose hasta cómo cobrar, cómo defenderse legalmente, cómo detectar abusos. El modelaje no es solo ser bonita. Hay que aprender a defenderse

Desde el barrio al mundo

¿Dónde creció y cómo influyó eso en su historia?

 Crecí en el Guasmo, en Guayaquil. Ahí pasé mi infancia. Las vecinas me veían y decían “esta niña va a ser modelo”. Y tenían razón (ríe). A los 14 años ya comencé a hacer castings, pero me rechazaron varias veces porque me decían que movía mucho las caderas. Con el tiempo fui aprendiendo más y a los 20 años ya lo vi como profesión.

Dayanna Copete modelo afro con proyección internacional
Una gran valla donde Dayanna es imagen. Ha modelo para rubros como moda, belleza, alimentos y bebidas.Foto: Instagram

¿Cómo fue ser una modelo afro en esos contextos?

Fue un camino de lucha e identidad. Nací en una comunidad donde ser negra muchas veces no es sinónimo de belleza, sino de invisibilidad. Gracias al modelaje aprendí a alzar la voz y luchar por otras generaciones. Siempre llevé mi cabello afro. Recibí comentarios feos, claro, pero nunca me lo alisé. Fue un acto de amor propio y resistencia.

 ¿En qué consiste Afro Paty?

Es un emprendimiento de ropa y accesorios inspirado en la cultura africana. El nombre nace de un movimiento en Brasil donde se reivindicó que las mujeres negras también pueden ser elegantes y sutiles, no solo las “patys blancas”. Afro Paty es eso: decir “yo también puedo”. Ya estoy vendiendo las cadenas, que las hago yo misma.

¿Cómo equilibra su trabajo de modelo con su faceta de creadora de contenido?

Como creadora de contenido también trabajo con marcas, pero de forma muy orgánica. No sigo guiones ni estructuras. Las marcas que me buscan ya saben que mi estilo es natural. Me dicen: “Te mandamos el producto, haz lo que tú sabes hacer”.

¿Qué mensaje quiere dar a las niñas afro que sueñan con seguir sus pasos?

Que nuestro pelo, nuestro color, nuestra historia no son obstáculos. Yo soy un ejemplo de que sí se puede. Nuestros antepasados ya lucharon, ahora nos toca a nosotras disfrutar de esos caminos abiertos. Las niñas negras tienen que saber que son fuerza, identidad y belleza.

¿Quieres leer más contenido de calidad y sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!