Editorial | Es un tiro en el pie

un país con un gobierno que intenta controlar la justicia no es muy atractivo para la inversión extranjera

Al parecer no existe un solo asesor en el Palacio de Carondelet que le diga al presidente de la República que la pugna con la Corte Constitucional y los intentos por cooptar el Consejo de la Judicatura crean un efecto en cadena que termina perjudicando a sus propios intereses. En más de una ocasión, durante y después de la campaña electoral, el Ejecutivo ha manifestado que parte de su gestión se concentrará en la creación de empleo y atracción de inversiones. No hace falta ser un empresario experimentado para saber que un país con un gobierno que intenta controlar la justicia y crear enemigos políticos en donde no los hay, no es muy atractivo para la inversión extranjera, motor de la creación de empleo.

Que este es un Estado con sobrepeso que necesita ponerse a dieta, es una gran realidad. El despido de miles de empleados públicos es una medida dolorosa y necesaria. El presidente fue escogido para tomar ese tipo de medidas, pero de ninguna manera para utilizar el poder que ostenta e intentar alzarse con un ejército de jueces a su favor bajo la consigna de la lucha contra el crimen organizado. Eso no es democrático.

El presidente no debe olvidar que su poder es temporal y que está a tiempo de enmendar el camino, salvo que ya haya escogido seguir la misma ruta del viejo Ecuador.