Cultura

EUGENIO ESPEJO
Acto. La Cofradía de los Duendes y comunicadores rindieron homenaje en su tumba.Henry Lapo / EXPRESO

Tras las huellas de Eugenio Espejo

Periodistas rindieron homenaje al precursor de este oficio en el país.

Alrededor del nicho existen seis placas conmemorativas, sobre todo de universidades y grupos académicos que agradecen el legado de Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo.

La actividad intelectual de este hombre del siglo XVIII se desarrolló en varias facetas, aunque sobre todo se lo conoce como literato y médico, fue periodista, educador y pensador político. De ahí que sea el padre de algunas de estas disciplinas en el país.

Sin embargo, un grupo de comunicadores, encabezados por la Cofradía de Duendes de Quito, fue en busca de sus huellas a propósito del Día del Periodista Ecuatoriano, que se conmemora cada 5 de enero.

El detalleDebido a sus ideales fue perseguido y desterrado a Bogotá junto con la clausura del periódico.
Rina Artieda
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De hecho, también es el patrono de este colectivo cultural. “Él fue el primer Duende -así le decían- y nosotros seguimos sus pasos”, dijo Rina Artieda, representante de la Cofradía. Primicias de la Cultura de Quito fue la primera publicación que apareció en la Real Audiencia de Quito y fue editada bajo los auspicios de la Escuela de la Concordia.

Su primera edición circuló el 5 de enero de 1792 y en sus páginas se hicieron importantes reflexiones morales y filosóficas, así como recomendaciones y consejos sobre salubridad, higiene, buenas costumbres, entre otros.

EUGENIO EL DUENDE
Eugenio Espejo era conocido como el ‘Duende’. Agencia (ag-extra ag-expreso ag-quito)Henry Lapo / EXPRESO

Apareció quincenalmente y las suscripciones se admitieron al precio de real y medio de plata por cada pliego completo. Sin embargo, los quiteños no respondieron a su publicación, más bien lo recibieron con frialdad, según Rina Artieda.

Incluso, fue una de las causas de que Espejo fuera tomado preso por casi un año. Por eso, junto a su tumba, en la capilla de San José en El Tejar, los comunicadores le dedicaron unas palabras. “Si nos dolió la forma en que fueron tratados los periodistas en octubre (en el paro nacional), debemos saber que no es la primera vez”, dijo Artieda. La publicación solo tuvo siete ediciones, su última edición se lanzó el 29 de marzo de ese mismo año.

Según los relatos de este colectivo, que se ha dedicado a investigar el legado de este personaje, el maltrato que recibió de las autoridades fue inhumano. “Tenía grilletes en los pies, estaba en un lugar donde no recibía ni la luz del sol y sobre todo no tenía ni lápiz ni papel para escribir”, relató Artieda.

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Como producto de los meses de encarcelamiento en las mazmorras de la Real Audiencia, Espejo contrajo disentería. “No lo liberaron hasta ver que no tenía salvación”, contó la investigadora.

Durante ese tiempo sufrió de diarrea, dolores de cabeza, dolores estomacales, fiebre, estremecimientos, síntomas que se fueron agravando y terminaron matándolo. Según Marco Chiriboga Villaquirán, en su libro ‘Vida, pasión y muerte de Eugenio Espejo’, los últimos momentos los vivió junto a su hermana Manuela y su amigo cercano Juan Pío Montúfar, el marqués de Selva Alegre.

En su testamento, que reposa en el Archivo Nacional, pide a su hermana que se encargue de las deudas que contrajo en sus últimos meses de vida. Además, pide ser enterrado en la cripta de la capilla de San José con el hábito de la orden franciscana.

Desde entonces sus huesos compartían cripta con el padre Francisco Jesús Bolaños, quien era su confesor. “Ha habido las intenciones de cambiarlo de lugar, de hacer un mausoleo, pero la decisión de permanecer en este sitio fue suya”, explicó la relatora.

Los huesos del Duende, como se le conocía, fueron exhumados en 2015 y le realizaron un examen forense. A decir de la Cofradía, los resultados arrojaron que los restos óseos pertenecieron a un hombre de más o menos 1,55 metros y de contextura delgada. Esas características coinciden con los retratos y descripciones del personaje. “Hubo teorías que buscaban desvirtuar que el cuerpo de Espejo estaba aquí, luego se corroboró”, explicó Artieda.

EUGENIO ESPEJO
Recorrido por lugares donde se recuerda a Eugenio Espejo, en el Día del Periodista.Henry Lapo / EXPRESO

Adoptó el apellido español.- De origen humilde, Eugenio Espejo creció en el ambiente del Hospital de la Misericordia. Nació en Quito en 1747, hijo de Luis Chusig, un indígena oriundo de Cajamarca, y de María Catalina Aldás, mujer mulata nacida de una esclava liberada. Para 1762, el mestizo se graduó de bachiller y maestro de filosofía en el colegio jesuita de San Gregorio. En 1767 se recibió como doctor en medicina en la Universidad de Santo Tomás, y en 1770 obtuvo un título en derecho civil y canónico. El apellido Espejo fue adoptado tardíamente por su padre, Luis, y el de Santa Cruz proviene de la devoción cristiana.