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La Máquina (The smaching machine), película protagonizada por Dwayne Johnson.
La historia real del luchador Mark Kerr (Dwayne Johnson), figura clave en el origen de la UFC, retrata su increíble ascenso y caída en el brutal mundo de las artes marciales mixtas.Youtube

Crítica de Cine. The Smashing Machine: ¿el mejor papel de Dwayne Johnson?

Dwayne Johnson sorprende con su papel más intenso y humano en The Smashing Machine, biopic de Mark Kerr

El luchador Mark Kerr (Dwayne 'La Roca' Johnson), figura clave de la UFC (Ultimate Fighting Championship, creada en 1993 para determinar el arte marcial más efectivo en un combate sin reglas estrictas ni divisiones), es visto a través de la televisión en una de sus contiendas más célebres. 

La imagen se granula mientras el espectador recuerda que está frente a la mayor organización de artes marciales mixtas del mundo, la MMA, un deporte de combate total que combina técnicas de diversas disciplinas como boxeo, kickboxing, judo y jiu-jitsu brasileño, permitiendo ataques tanto de pie como en el suelo. Kerr es una de sus máximas estrellas. 

Tiene el apoyo incondicional de su esposa, Dawn Staples (Emily Blunt), y de su colega Mark Coleman (Ryan Bader), artista marcial mixto, exluchador colegial y excompetidor olímpico de lucha amateur. 

También aparece Bas Rutten (interpretándose a sí mismo) y otros profesionales del medio. En off, una voz narrativa (James Romero) acompaña una historia donde la fama convive con la caída, la redención y la intimidad familiar, atravesada por la adicción a los opiáceos y la lucha por superarla.

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Esta es la historia verídica del luchador Mark Kerr, astro de las artes marciales mixtas (MMA) y figura esencial para la consolidación de la UFC. La Máquina (The Smashing Machine, título original) demuestra que Johnson ha encontrado el papel de su vida: nunca había alcanzado una interpretación tan humana ni tan feroz. 

Su trabajo es inspirador y dual: en el ring, se muestra brutal y despiadado; fuera de él, revela un hombre pacífico, incluso frágil. Hay una secuencia memorable: mientras curan sus heridas, una anciana le pregunta: “¿Odias a tu contrincante?”. Kerr (Johnson) responde con serenidad: “No, nos odiamos”. 

El espectador duda si se trata de sinceridad o de compasión, pero cuando gana, su rostro se transforma en el del salvaje que saborea el triunfo. Johnson encarna al personaje con tal intensidad que, sin exagerar, podría estar entre los candidatos al Oscar 2026, salvo que otra actuación lo opaque.

Asombra escucharlo hablar con gentileza, aunque su voz se vuelve sombría cuando los periodistas lo interrogan sobre sus peleas. Entonces resurge el destructor: rememora la batalla, revive el sabor de la victoria y vuelve a esa zona brutal donde los golpes no tienen límite. 

Los puñetazos vuelan, el rostro del adversario se vuelve una masa sangrienta y Kerr confiesa que “cuando se triunfa, nada más importa”. Lástima que el guion caiga por momentos en inconsistencias que diluyen esa crudeza emocional.

Emily Blunt también brilla. Su personaje habría ganado aún más fuerza con un guion mejor ajustado, pero ella logra transmitir una mezcla de amor, arrogancia y ternura que la vuelven un pilar y un obstáculo en la vida del luchador. Su interpretación es auténtica y conmovedora.

Destacan la dirección artística y el vestuario: la cinta recrea con fidelidad los años 1997 a 2002, sin disonancias visuales.

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El largometraje tiene una duración de dos horas y tres minutos. Hay que admitir que flaquea en las escenas de combate, algo repetitivas por la falta de variación coreográfica. 

Sin embargo, quien se sumerge en la trama, se da cuenta enseguida que lo esencial no son los golpes, sino la transformación artística de Johnson y la humanidad que logra proyectar. 

Tiene elementos que lo ayudan en esa mutación. Con el maquillaje, las prótesis y su peluca, demuestra que, cuando encuentra el personaje adecuado, su talento actoral se expande. 

Dwayne Johnson logra su cometido. En The Smashing Machine es un Kerr salvaje. Pero tiene alma. Y es esa dualidad la que deja huella en el espectador.

  • Calificación: * * * *

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