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La serie española se estrenó el 2 de mayo de 2017, en la cadena española Antena 3.Instagram: Lacasadepapel

La casa de papel: El arte de estirar

La producción española ha cosechado un triunfo sin precedentes y sus creadores están convencidos de haber encontrado la fórmula inagotable del éxito.

En el fútbol hay una frase popular que dice “equipo que gana, no se toca” y es completamente aplicable a lo que significa una nueva temporada de ‘La casa de papel’.

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Es innegable que la producción española ha cosechado un éxito sin precedentes y, al parecer, sus creadores están convencidos de haber encontrado la fórmula inagotable del éxito. Tanto es así que la repiten casi con exactitud a lo largo de todas sus temporadas.

La cuarta entrega de este policial de guante blanco nos vuelve a citar en el Banco Nacional de España, donde los ladrones comandados por el profesor se encuentran encerrados y en una situación crítica.

A medida que la trama avanza, el profesor va afianzando su plan, encontrando soluciones ingeniosas (y cada vez más estrafalarias) al sinfín de problemas que se le presentan al grupo, encaminando así su plan hacia el éxito. Si bien a partir de la temporada anterior intentaron hacer un poco más vulnerable a su personaje, nunca dudamos realmente que los buenos le van a ganar a los malos. El profesor siempre tiene un as bajo la manga, aun cuando el mazo de cartas se haya agotado hace mucho.

Esta temporada contiene algunos elementos que ponen al grupo de ladrones en situaciones realmente frágiles (no las explicito por una cuestión de spoilers), pero en definitiva las resoluciones son tan obvias que las sorpresas que nos plantea la trama nunca tienen un efecto que impacte.

En su momento, ‘La casa de papel’ supo interpretar bien el subgénero del robo de guante blanco. Utilizando algunos recursos tarantinescos y teniendo como gran influencia una saga icónica del género como ‘Ocean’s Eleven’ (o La gran estafa, traducida al castellano), la serie española irrumpió en el catálogo de Netflix como una bocanada de aire fresco para el mercado iberoamericano. Tal es así que se transformó en la serie de habla hispana más vista a nivel mundial: sin lugar a dudas, un enorme mérito.

Pero la ambición por mantener el éxito y la comprensible tentación de renovar cada vez por más temporadas (hay fuentes que aseguran que habrá dos temporadas más, al menos) hicieron de ‘La casa de papel’ un producto predecible y, por ende, aburrido.

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La evolución de personajes es nula y esto nunca puede ser bueno. La exageración y lo caricaturesco de algunas situaciones desdibuja el trabajo de actores ya consagrados como el argentino Rodrigo de la Serna.

En definitiva, nos encontramos ante el triunfo de la insistencia, algo que por el momento le viene alcanzando a ‘La casa de papel’ para mantener los pergaminos en orden.

El equipo sigue ganando y no parece haber señales de que se lo vaya a tocar.