ME PICA LA LENGUA, UNA COLUMNA DE INGRID BALSECA

Al iniciarse el feriado de Carnaval, Carolina Jaume salió de TC. De inmediato reapareció en el programa En Contacto, de Ecuavisa, donde estuvo hasta el jueves de la presente semana. Antes, durante y después de su paso por ambos canales, ha tenido fuertes enfrentamientos con su expareja, Allan Zenck. Incluso de lo primero que habló en el Canal del Cerro fue de aquello y de sus supuestas vivencias con él. 

Se marchó haciendo lo mismo y puso el dedo en la llaga, porque él reaccionó molesto ante los comentarios que la presentadora hizo en la revista familiar sobre el nacimiento del hijo de ambos y los sucesos y procesos que vivió con ellos. 

Zenck la llamó mentirosa y dijo que vio la entrevista en el matinal de principio a fin con su abogado. Además, aseguró que entre ambos existe un acuerdo de confiabilidad y que ella tiene prohibido mencionar su nombre ya sea para bien o para mal. 

El avispero está alborotado. El público y la prensa rosa saben que Carolina no tiene filtros para hablar de nada ni nadie. Nunca los ha tenido.

De aquello se han aprovechado los canales, pero sobre todo Ecuavisa. Le han puesto el micrófono en la mano para generar contenido sin importar que lo que exprese la afecte de diferentes maneras, como podría darse con el padre de su hijo.

Era de esperarse que las declaraciones en En Contacto sobre ciertas intimidades iban a dar de qué hablar, como cuando se disparó en contra de Sofía Caiche, Claudia Schiess y Mafer Pérez o cuando estuvo en El poder del amor.

Ahí están los resultados. Todo tiene un límite y en el Canal del Cerro no se lo pusieron. Al contrario, a Carolina Jaume le dieron alas.