
Bad Bunny impulsa residencia en Puerto Rico con récords, cultura y proyección mundial
Bad Bunny lanza su residencia en Puerto Rico con funciones agotadas, impacto económico récord y celebración cultural vibrante
El Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot se convirtió en el epicentro de una celebración sin precedentes: el inicio de la residencia artística de Bad Bunny, titulada No Me Quiero Ir De Aquí. Durante el primer fin de semana, el artista urbano ofreció tres conciertos completamente agotados, reuniendo a más de 45.000 asistentes y marcando un hito en la historia del entretenimiento en la isla.
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Un espectáculo que va más allá de la música
La residencia no solo destaca por su impresionante montaje escénico, que incluye una réplica de la 'casa rosada' usada en su cortometraje, sino también por su enfoque cultural. En los alrededores del coliseo se organizó un festival gastronómico y turístico con platos típicos como alcapurrias, bacalaítos y carne frita, además de actividades como mesas de dominó, música bomba y mercados artesanales
Según estimaciones de Advantage Business Consulting, la residencia generará un impacto económico de 377 millones de dólares y la creación de más de 3.600 empleos directos e indirectos. Sectores como hotelería, transporte, gastronomía y comercio local ya reportan beneficios inmediatos. Además, se activaron planes de seguridad con más de 800 empleados y colaboración total de agencias gubernamentales
Desde el corazón del Caribe, el 11 de julio, #BadBunny ofreció un espectáculo inédito y exclusivo en San Juan, como homenaje a Puerto Rico. https://t.co/f1MfX8reo1
— FRANCE 24 Español (@France24_es) July 14, 2025
Una experiencia musical y emocional
El repertorio de Bad Bunny incluye temas de su más reciente álbum Debí Tirar Más Fotos, junto a clásicos como Callaíta, Safaera y Tití Me Preguntó. Cada noche cuenta con invitados especiales como LeBron James, Jowell & Randy, RaiNao y Jhayco, y mensajes sobre la identidad puertorriqueña y el orgullo cultural.
La residencia de Bad Bunny no es solo una serie de conciertos: es una declaración de amor a Puerto Rico, una plataforma para proyectar su cultura al mundo y una muestra del poder transformador del arte. Con 30 funciones programadas hasta septiembre, el “Conejo Malo” reafirma su lugar como ícono global y embajador de su tierra.
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