
Ana Paula: "Para mí, Ecuador es casa"
La cantante y actriz es parte de la serie En el barro que estrenará Netflix
El 1 de febrero, la actriz y cantante Ana Paula (28) tiene que volver a Argentina, la tierra de sus padres (Ana Buljubasich y Nerio David), que además la ha acogido en dos temporadas de su vida. Antes de la pandemia iba y venía. Ahora vive en Buenos Aires de forma permanente.
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Tras una extensa y exitosa temporada teatral con el actor, humorista e imitador Martín Bossi, la también presentadora participó en la serie En el barro de Netflix, que se estrenará en mayo, e incursiona como presentadora en Oye Billboard. No arribó sola a Guayaquil, la acompaña su traviesa perrita, Ohana Neno Neno, de ocho meses.
Apenas se la escucha hablar se nota un marcado acento argentino. Llegó con una lista de platillos ecuatorianos “que muero por comer, no he comido seco de pollo y caldo de bolas hace más de tres años. No sé cocinar, solo lo hago para sobrevivir, ya estoy ‘podrida’ con eso, quiero comer con gusto”, dice soltando una carcajada.
Te tomaste tu tiempo para volver...
Regreso a Ecuador a los dos años. La Navidad y el 2025 los recibí sin la familia. Fue el primer año sin ellos. En anteriores fiestas había estado con mis padres en Ecuador o en Argentina. Me siento rara porque, como no pasé con mis seres queridos, no sé si estoy en 2024 o 2025. Siempre me preparo, hago una proyección de mis sueños y metas. Creo en las energías y en la ley de la atracción. Todavía no he hecho nada, lo haré en la playa.
Siguiendo los pasos de tu mamá, incursionaste en la conducción.
Soy una de las conductoras de Oye Billboard. Es la primera vez que me pongo en modo Anita (risas), frente a una cámara para hablar. No me ha ido mal porque crecí viéndola, aunque sé que no es lo mismo ver que hacer. Es un espacio de música. Me encanta lo electrónico, pero hay que conocer de muchos géneros, es necesario tener la vara alta. Se emite una vez por semana por el canal de YouTube de Billboard.
Sigue los consejos de su progenitora
Seguramente tu mamá no se aguantó las ganas de darte algunos consejos...
Al comienzo le pedí que me diga todo lo que tengo que hacer y saber. Sin embargo, comprendí que me toca hacerlo a mí. Todo me lo aprendo de memoria. Aunque parezca que fluya y que improviso en pantalla, no es así. Hasta los chistes me los aprendo.
¿Eso no te quita espontaneidad?
Mi mamá me enseñó algo muy importante: que cuando recién se empieza, no hay nada improvisado porque no se tiene la ‘cancha’ (experiencia). Varias veces me dijo que primero conozca la estructura del programa y que luego me dé cuenta de cómo voy, así poco a poco.
Es decir que no es tan fácil como se cree.
Mentalmente me ha costado. En ocasiones crees que no puedes, pero hay que pensar positivamente, ya que si la vida lo puso en el camino es porque estás lista. Ocurrió algo parecido con la serie En el barro de Netflix. No me lo creía.
¿Qué no creías?
Era una oportunidad de trabajar con el director, productor y guionista Sebastián Ortega (hijo de Palito Ortega). Es un grande, hizo El marginal, que fue un furor allá. La vida movió las fichas. Yo estaba haciendo teatro con Martín Bossi. Soy Aries; tras un año y medio en lo mismo, me sentía un poco aburrida. Terminé temporada en calle Corrientes y en Mar del Plata, luego me fui de vacaciones a Estados Unidos. Le pedí al universo un nuevo proyecto, llamé a un representante y le dije que tenía ganas de participar en una serie. Me avisó de una audición, la hice y me aceptaron. Esta producción se desarrolla en una prisión de mujeres. La primera temporada tiene ocho capítulos. Mi personaje vive en la cárcel una situación muy compleja.
Sin fanatismos
Has trabajado con Marcelo Tinelli, Martín Bossi, Sebastián Ortega y otros grandes de la TV y teatro argentino. ¿Cómo has hecho para verlos como compañeros de trabajo y no ser una fan más?
Generalmente evito aquello, no los hago sentir como famosos. Crecí con mi madre y me daba cuenta de eso. Me manejo naturalmente, sin fanatismo, hay que ser profesional. Aunque moría por trabajar con Sebastián Ortega, no se lo di a notar. En esta serie comparto con mucha gente famosa: Ana Garibaldi, Valentina Zenere, Carolina Ramírez, quien es La Reina del Flow, una colombiana encantadora. Cuando trabajé con Marcelo Tinelli (Canta conmigo ahora) fue chévere. No lo conozco mucho a nivel personal. Es recanchero, un crack.

Desde que nos saludamos, noté que el acento argentino lo tienes muy marcado.
Es inevitable, mis padres son argentinos, crecí escuchando muchas palabras típicas de esa tierra. Allá no comparto con ecuatorianos, entonces el acento se pega.

¿Ves a Argentina como un país para echar raíces?
No creo. Mañana puede ser otro el lugar donde esté. Soy de fácil adaptación, no me considero de ningún lado del mundo, soy de todos lados. Pero Ecuador me atrae, tengo desde pequeña doble nacionalidad. Para mí, Ecuador es casa. Extraño mi familia y la comida. Mi corazón está dividido, es inevitable. A lo que no me acostumbro es al frío en Argentina.
Cuando presentabas Bossi Live Comedy, con Martín Bossi, el actor Guillermo Francella te fue a felicitar al camerino...
Francella y el empresario y productor Adrián Suar preguntaron por mí. Yo actuaba, cantaba y participaba en sketches cómicos. No quedó una amistad, pero sí un recuerdo maravilloso. Guillermo Francella es palabras mayores. Ya saben que existo y eso es muy importante para mí. Creo que En el barro será una gran ventana para seguir soñando.
Se esperaba que vinieras con tu novio. Sin embargo, tu compañera fue tu mascota...
No hay planes de boda
Ohana cumplió 8 meses el 1 de enero. Llegó a mí a través de mi novio (Fernando Urso) cuando tenía un mes, es una caniche toy. Cuando arribó a Guayaquil hizo caras raras que nunca había visto. Ahora en Buenos Aires el calor está insoportable, pero acá es diferente. Está conociendo a sus ‘abuelos’ y ‘tíos’.
El amor te llegó con un argentino. ¿Ya tienes planes de matrimonio?
Llevamos juntos más de dos años, casi tres. Nos va bien, es una tranquila y bonita relación. Cuando llegué a Argentina hace tres años, un día me dio ganas de ir a bailar, salí con una amiga. Lo conocí en el lugar donde fuimos. Me escribió varias veces, hasta que con otras amigas acudimos a un boliche. En ese sitio estaba él. Es un hombre inteligente, dedicado a los números. Consideré que no debía cerrarme al amor. Al día siguiente me invitó a una fiesta, así empezó nuestra relación. Nunca me ha gustado la gente del medio.

A veces, cuando no son del medio, no entienden el trabajo de sus parejas.
Todavía no me ha tocado besarme con nadie (risas). Prefiere no ver, no saber. Es un poco cerrado en ese sentido. Nunca estuvo con una artista. No hay planes de matrimonio ni hijos. No planifico nada a largo plazo. Cuando lo he hecho, me agarran los miedos. No me ha propuesto nada, sabe con quién está.
Has estado alejada de lo musical…
Esa parte ha estado abandonada. Se ha dado un despertar en mí, siento que los niños no tienen qué escuchar. Lo máximo que existe es para nenes de uno o tres años, pero no hay nada para los más grandes que hable de temas importantes. Solo escuchan urbano, con letras que no son adecuadas ni para los adultos. Hay un montón para ensuciarse la cabeza. Las canciones de Pau Pau con mi papá fueron un éxito, con ellas crecí. Dejaron un legado importante, quiero agarrar eso para hacer algo para niños. Ya estamos trabajando, modernizándolas.
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