En las avenidas José Luis Tamayo y Ramón de Jesús, sector Los Rosales, norte de la ciudad, hay varios postes mal colocados sobre las veredas que restan espacio para la circulación de los peatones, quienes deben botarse a las aceras para seguir su recorrido, pese al riesgo que eso representa.

“Las veredas son sumamente estrechas e irregulares. Tenemos que andar subiendo y bajando rampitas o deteniéndonos para dar paso o que te den paso. No es posible que sigamos así”, menciona Carlos Mendoza, quien todos los días debe caminar por las calles de esta ciudadela cuando sale o llega su casa.

Margarita Carrión, otra residente, denuncia que en la veredas no solo hay postes. “Hay señales de tránsito, jardineras, tachos de basura, rampas y árboles que obstaculizan la vía. El mayor problema lo viven las personas con discapacidad que deben evadir a diario este peligro”.

En otros sectores de la ciudad también hay varios problemas. En las ciudadelas La Pradera 2 y 3, los residentes solicitan a los miembros de la Policía incrementar sus rondas, debido al incremento de robos y asaltos. Además, denuncian la presencia de consumidores de drogas que se apostan en las esquinas de las calles y parques.

Mientras que en Los Vergeles, los habitantes dicen estar cansados de la presencia de las tricimotos porque irrespetan las normas de tránsito, circulan en contravía y a alta velocidad. Ellos cuestionan la ausencia de los agentes de tránsito en esta zona para los respectivos controles.

En cambio, en Bellavista los vecinos denuncian que algunos habitantes no respetan los horarios de recorrido de los carros recolectores y sacan los desechos a deshora. Esta situación genera proliferación de roedores y taponamiento de alcantarillas.