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1. Clientes. Prácticamente no hay. Son muy pocas las personas que ingresan a los bares y discotecasAmelia Andrade

Guayaquil: Toque de queda, la medida que ‘mata’ a las discotecas

Propietarios de bares y discotecas aseguran que la facturación ha bajado hasta un 90 % Reclaman que estas decisiones atentan contra esos negocios

“Sobrevivimos a la pandemia y a varios toques de queda posteriores, pero este último nos está terminando de matar”, dice en un tono reflexivo Nicolás Vasco, propietario de la discoteca H2O, ubicada en la Zona Rosa del centro de Guayaquil.

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“Las decisiones del Gobierno nos tienen ya en la quiebra”

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Con los brazos cruzados, sentado en una silla en el exterior del negocio y con poco ánimo, Vasco miraba su reloj como esperando más clientes. Ya eran las 11 de la noche, pero hasta entonces solo habían llegado tres jóvenes a la discoteca. Para él, la razón principal de esa ausencia es el toque de queda impuesto por el Gobierno, el pasado 2 de abril.

“En Guayaquil, la gente normalmente sale entre las 10 y 11 de la noche, y nosotros tenemos que cerrar a las 12:30 (el toque de queda arranca a la 01:00). Casi nadie se anima a venir por 2 horas. La facturación ha disminuido entre un 80 % y 90 % de lo que se había vuelto habitual después de la pandemia. Nos están matando”, lamenta Vasco, presidente de los bares y discotecas de la Zona Rosa, un sector que alberga más de 30 establecimientos nocturnos y para muchos ha sido el “ícono de la farra guayaquileña”, sin embargo, hoy luce vacío y hasta más peligroso que en su mejor época.

EXPRESO recorrió este y otros sectores de la ciudad, donde era común ver los negocios nocturnos repletos de clientes, pero que en la actualidad solo hay sillas vacías y caras de preocupación de los propietarios, que no ven una real salida para la reactivación económica.

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2. Abandono. Algunos han decidido hasta cerrar sus negocios. La poca clientela y la inseguridad hacen que los empresarios dejen la industria de la diversión nocturna.AMELIA ANDRADE

La mayoría de los dueños de los locales y trabajadores coinciden que este toque de queda los tiene al borde del cierre. De hecho, ya algunos han optado por otras actividades.

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“Esta medida ha hecho que algunos colegas cierren y se dediquen a otras cosas o por las tardes hasta vendan almuerzos para subsistir. Hay que buscar la manera de recuperar todo lo perdido porque los gastos de servicios básicos y local no bajan. Yo tenía 15 trabajadores y ahora solo tengo 4. Si las cosas siguen así, el próximo paso es cerrar. Los sábados, que son los mejores días, facturo solo el 20 % de lo que hacía antes y el ambiente ya no es igual”, detalla la administradora de un restobar del sector.

“Necesitamos que el toque de queda se acabe y nos dejen trabajar en paz. El país ya no aguanta más. No solo sufrimos los dueños de locales, también lo hacen los taxistas, vendedores informales, los moteles, toda la industria nocturna la están liquidando”, añade Will Sánchez, administradora de El Manantial, un reconocido restobar ubicado en Urdesa, que ahora luce vacío. En el sitio las ventas también han disminuido hasta un 90 %.

Daniel Lima, propietario de una discoteca en La Garzota, reclama que pese al toque de queda, los operativos son nulos. “De nada sirve, durante la noche no hay ni policías ni militares rondando y peor durante la madrugada. Es solo una pantalla, pero el trabajo es mínimo. Deben buscarse maneras de mejorar la seguridad sin perjudicar a los que realmente queremos trabajar”, reflexiona el hombre.

La facturación ha disminuido hasta un 90 %. En Guayaquil la gente acostumbra a salir tarde y solo nos dejan dos horas para trabajar. Están perjudicándonos con esta medida.

Will Sánchez
​administradora de local de Urdesa

Igual criterio comparte Eduardo Ruiz, propietario de la discoteca Sociedad Anónima en Samborondón. “¿Dígame si usted ha visto más policías en las calles? Es una mentira, todo sigue igual. Ya no sabemos que más hacer para sostener el negocio. Esta situación se vuelve insostenible. Estado de excepción, sí; toque de queda, no”, dice enérgico el empresario.

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¿Pero qué hacer para mantener seguridad en las calles y poder trabajar en las noches? El presidente de la Zona Rosa propone unir fuerzas entre los negocios y las autoridades. “Sinceramente, los atentados y los muertos son la mayoría en el día y no en la madrugada, así que este toque de queda es por gusto. Queremos que nos permitan trabajar y nosotros ponemos carpas cada dos cuadras y que la Policía ponga motorizados en cada una de ellas. Además, cada uno de los locales tenemos nuestra guardianía privada. Estamos seguros de que eso funcionará y nos permitirá levantarnos. Esto mismo debe replicarse en los demás sectores de Guayaquil”, ofrece Vasco, en espera de ser escuchado por las autoridades.

Mientras tanto, los clientes también esperan que las noches vuelvan a ‘encenderse’ de alegría. “Ya el ambiente no es el mismo, ya no hay farra en Guayaquil; además, el hecho de que esté tan vacío hace más peligroso todo. Ahora estamos optando por reunirnos en casa y ahí disfrutar, pero no es lo mismo. Extrañamos salir”, comenta Jimmy Lucero, de 27 años, y quien espera que las medidas de restricción cambien pronto.

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Los restobares de Urdesa también están afectados|Amelia Andrade