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Fiestas. Los foráneos que no retornan a casa por Navidad optan por celebrar con amigos, e incluso mascotas.Miguel Canales Leon

Retornar a casa no es la única opción del foráneo para Navidad

Trabajo, estudio o problemas familiares, entre las razones para no volver a sus hogares. Pasan las fiestas con amigos e incluso con sus mascotas

La fiesta en familia está cerca y quienes no son originarios de Guayaquil comienzan a retornar a sus hogares, en especial aquellos jóvenes que salen de sus pueblos o ciudades natales en busca de mejores oportunidades de estudio o trabajo. Pero hay casos de estos foráneos que no pueden volver a casa.

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Estos jóvenes llenan dicho vacío con otras personas o actividades: amigos, mascotas, fiestas, e incluso repitiendo costumbres familiares para mantener cerca de ellos a los seres queridos que no pueden ver.

Guillermo Meza, de Manabí, llegó a Guayaquil para seguir la carrera de actuación.

FestejoLos jóvenes que no retornan a su lugar de origen se las ingenian para celebrar la Navidad de diferentes maneras. Lo importante es no sentirse solos.

La relación entre él y su familia es complicada debido a su sexualidad, más aún por estas fechas. “Yo para Navidad me encerraba en mi cuarto, no sé muy bien cómo se celebra en familia”, dice. Sin embargo, él ha encontrado varios refugios a esta soledad, ya sea con los amigos que hizo durante su carrera y pasantías, o con sus cuatro amados perros que son su compañía.

“Para mí, Navidad antes era solo época de dar regalos, no de pasarla en familia. Ahora, con las personas que conocí siento que es distinto, ahora sí puedo celebrar como se debe”, señala Meza, al agregar que además de sus amistades, sus perros le han dado un sentimiento de calma y tranquilidad a su vida.

Para este 24 y 25 de diciembre él ya hizo sus planes: pasarla con sus amigos y mascotas, compartiendo pavo y un poco de vino.

De igual manera Pablo Luna, de 24 años, quien proviene de Chone y vive en Guayaquil desde los 17 años, señala que sus padres tienen la costumbre de celebrar las fiestas con su familia extendida en ese cantón. Sin embargo, por conflictos con sus parientes no ve muy placentero pasar con ellos estas fiestas.

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“No es el lugar o ambiente adecuado para estas fechas. Tienen ciertas actitudes conmigo que no parece que fuésemos parientes”, lamenta.

Luna comenzó a vivir solo por sus estudios universitarios. Luego obtuvo un empleo en la ciudad y optó por quedarse en el Puerto Principal, por lo que en ocasiones su mismo trabajo le impide retornar a casa. Pero eso no le molesta.

“Aunque me ha tocar quedarme encerrado para Navidad, he tenido la oportunidad de encontrar una familia en aquellos amigos que me apoyaron cuando más necesité ayuda”, reflexiona.

La última vez que pasó con sus parientes fue el 2021, pero recuerda que no fue para nada placentero. “Por suerte he conseguido otra ‘familia’ y he podido celebrar estas fechas tan especiales con gente que ha sumado mucho en mi vida”, destaca.

Ahora Luna tiene entre sus planes para las fiestas de este 2022 invitar a otros amigos a que también se quedan para estas festividades en la ciudad. “Esto ya lo he hecho, es una costumbre; así que no hay que dejar morir la nueva tradición”.

En cambio, José Torres, oriundo de Santa Elena, no tiene mayor problema con su familia. Él llegó a Guayaquil para seguir la carrera de Medicina y actualmente se encuentra en sus pasantías, razón por la que no puede volver a su ciudad natal.

“Es un poco triste, pero honestamente esta es una oportunidad para ser más independiente. Incluso podría ‘destrozar’ todo el departamento con una megafiesta”, comenta entre risas Torres, quien pese a bromear con celebrar a lo grande esta fecha, siente la nostalgia por no pasar con su familia. “No los veo desde hace un mes. No es mucho, pero no pasar con ellos la Navidad sí me termina poniendo un poco triste”, reconoce.

No obstante, explica que perseguir su sueño de ser médico y estar cada vez más cerca de culminar la carrera es lo que hace más llevadero pasar solo estas festividades.

“Con unos amigos cercanos estaba organizando una reunión por Navidad, aunque no esté con mi familia. Honestamente me da tristeza no ver a mis padres, pero el pasarla con amigos con los que tengo confianza de años es una experiencia nueva. Es verdad que ellos no sustituirán a mis padres, pero para mí son como hermanos, así que creo que seguiré con mi ‘familia’ este año”, recalca el joven, quien al igual que otros tiene planes para disfrutar, ya sea solo o acompañado, esta celebración.

  • La fiesta en otro continente

Raúl Barzallo, de 22 años, le contó a EXPRESO vía telefónica que emigró a Israel hace cuatro años en busca de una mejor oportunidad académica y desde ese entonces no ha regresado, ni por Navidad, a Ecuador.

Sin embargo, él revive los recuerdos junto a su familia con las cosas más sencillas, como una receta que aprendió de su madre.

“Antes de irme, mi madre me enseñó a cocinar relleno, y esto lo he llegado a preparar para estas fechas. Es algo que me mantiene cerca de mi hogar, sin ir a él”, asegura.

Su primera Navidad la pasó solo y “no fue una experiencia placentera”, admite. Sin embargo, las demás fiestas las ha podido celebrar con amigos y junto a su pareja.

“He podido encontrar compañía con quienes tampoco tienen la compañía de su familia. Nos reunimos a comer, a celebrar, intercambiar regalos. Fue lo más cercano a pasar en familia”.

Pese a este ambiente, en ocasiones aún se siente fuera de lugar, en especial por el choque cultural.

“Aquí no celebran la Navidad, así que no es lo mismo, al no haber decoraciones navideñas en el 90 % de la ciudad, a diferencia de Guayaquil, que se llena de luces en cada rincón”, expresa Barzallo.