Tres delincuentes a bordo de una motocicleta amenazaron con pistolas a una pareja de esposos y en menos de un minuto le robaron sus pertenencias y huyeron por los callejones.

Esto sucedió la noche del lunes pasado, cuando la pareja llegaba a su casa, ubicada en la ciudadela Nueva Kennedy. El caso quedó registrado en una cámara de videovigilancia.

Los robos, asaltos e incluso los intentos de secuestros a personas mantienen preocupadas a las familias de este sector del norte de la ciudad, quienes aseguran que se ha convertido en una zona roja.

“Llegan en vehículos o en motos y asaltan a las personas que vienen de su trabajo o salen en las horas pico. Roban en las casas, en las despensas y en los parques. La Policía no hace nada para detener este problema que nos está robando la tranquilidad”, comenta Wilson Alvarado, residente del sector, que al igual que otros han optado por colocar rejas en sus peatonales.

Otro residente que prefirió no ser nombrado, señala que allí roban en el día, en la noche y en la madrugada. “Asaltan en las calles y en cualquier lugar que uno esté descuidado. Las rejas nos protegen cuando estamos encerrados, pero afuera somos presas del hampa”, agrega.

Génesis Mendoza, otra residente, cuenta que los hampones se llevan los equipos de los carros que están parqueados en las veredas de las casas. “Son tan rápidos para robar que cuando las sirenas del automotor suena, ellos ya se han sustraído espejos, retrovisores u otro implemento”, manifiesta.

Los negocios también se han visto perjudicados por la inseguridad. Así lo asegura Jorge Brito, dueño de una despensa, quien denuncia que hace dos semanas fue visitado por dos personas que le pidieron $ 20 dólares para proteger su negocio. “Esto lo informé a la Policía y hasta ahora estoy llevando el tema con cuidado”, anota.

En cambio, Rebeca Ladines, vecina de Brito, narra que su perro desapareció hace tres semanas, cuando salió al portal a hacer sus necesidades. “Hasta las mascotas están siendo robadas. Hemos tocado fondo”, asevera, al cuestionar el poco patrullaje policial que ha convertido a la ciudadela en una zona roja.