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El carro en el que se encontraron los restos estaba incinerado, al igual que los cuerposCORTESÍA

El último mensaje del fiscalizador que apareció muerto en carro incinerado

Familia pide justicia para el ingeniero que fue secuestrado en Flor de Bastión y apareció muerto en la cooperativa Balerio Estacio

Las últimas notas de voz que envió Kenny Steven Pinto Castillo a su familia dejaron un dolor eterno. Pero también son parte de los elementos con los que se exige a la justicia encontrar a los implicados y sentenciarlos. Y que el caso no sea uno más refundido en la impunidad.

“Que alguien pague, que alguien envíe el dinero o me voy a morir, por favor”, fue una de las frases que el hombre, de 27 años, dijo antes de ser cruelmente asesinado mientras estaba secuestrado. Lo descuartizaron y lo metieron en un carro, que luego apareció abandonado e incendiándose en la cooperativa Balerio Estacio.

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Este viernes 1 de marzo del 2024, nueve días después del hallazgo del vehículo en esa zona del noroeste de Guayaquil, la madre, el hermano y una prima de Kenny decidieron contar la dura situación por la que atraviesan, en su intención de que las investigaciones no pierdan intensidad.

Una de las angustias es que todavía no pueden velarlo y sepultarlo. Dijeron que anteayer en el Laboratorio de Criminalística les indicaron que hay un 75 % de probabilidades de que un cráneo encontrado en el automotor sea el de Kenny. Sin embargo, se realizará una pericia más certera para confirmarlo, pero es algo que tomará unos 45 días.

“Uno de los cráneos tendría las facciones y anatomía de mi hermano descuartizado. Es desgarrador”, comentó el ñaño. En este caso hay otra familia que también atraviesa por la tristeza extrema de haber perdido a uno de los suyos: un ciudadano que fue hallado sin vida en las mismas condiciones en ese carro.

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Familiares de Kenny exigen que las investigaciones continúenAmelia Andrade

Desde marzo del 2023 Kenny laboraba en una empresa que fiscaliza una obra del Municipio de Guayaquil, en Flor de Bastión. Por su profesión de ingeniero, él iba al sitio para cumplir con esa función fiscalizadora.

El miércoles 21 de febrero, a la madre del ciudadano la llamaron de otros números, pero también del de su hijo. Al contestarle, él le dijo que estaba secuestrado. Pedían 50.000 dólares para liberarlo.

La madre de Carlos sostiene una foto de su hijo, recordándolo durante su época colegial.

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Los implicados también se comunicaron con los compañeros de Kenny y hasta enviaron una foto suya golpeado. Algo que aumentó más el sufrimiento y preocupación por él.

La Policía fue alertada de lo sucedido. Las horas pasaron y al otro día llegó la tremenda noticia: los restos encontrados en el auto serían los del ingeniero y el otro ciudadano. La familia fue a la empresa de Kenny. Allí les habrían dicho que la constructora estaba siendo extorsionada. Y por esa razón supuestamente secuestraron a ambos. La otra víctima laboraba para esa compañía.

Según Héctor Vanegas, abogado de la familia de Kenny, en este caso hubo responsabilidad de acción (por parte de los secuestradores) y omisión (por las empresas y el Municipio, al no proveer seguridad).

EXPRESO solicitó una versión al Cabildo, pero desde el área de comunicación se indicó que “no hay pronunciamiento al respecto”. Y al llamar a la empresa en que laboraba Kenny Pinto, una mujer indicó no conocer del tema y que la persona encargada no estaba.

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