Jeremías Maury
Jeremías Maury pinta el monumento al papagayo, emblema de la ciudad.Juan Faustos / EXPRESO

Jeremías, el niño que pinta con sus pies

El pequeño artista no necesita sus brazos para dibujar sus sueños. A través de su canal de YouTube explica paso a paso su arte. Sus padres lo apoyan

Tiene una historia de hechos increíbles. Se llama Jeremías Maury Cazar, un adolescente de 15 años que vive en el sector de Nueva Prosperina, noroeste de la ciudad y padece de artogriposis múltiple congénita, una enfermedad que le ha inutilizado sus manos y su pie izquierdo.

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Pese a su discapacidad, él no ha desmayado en el empeño de crecer espiritualmente y hoy es un dibujante que cada día se perfecciona para llegar a ser grande. Hace bonitos dibujos ¡con los pies!, algo que provoca asombro y orgullo a sus familiares, amigos y compañeros de la Unidad Educativa Anne Sullivan, donde cursa el décimo año de educación básica.

Cuando Jeremías nació, los médicos le dijeron a su madre que era improbable que el pequeño sobreviviera, ya que además de artogriposis múltiple congénita tenía hidrocefalia (acumulación de líquido en las cavidades del cerebro) y un soplo en el corazón.

Lejos de desesperarse, Silvia Cazar cogió a su hijo y le proporcionó todos los cuidados que requería y lo ayudó a que creciera sin complejos y sin miedo a cumplir sus sueños.

“Cuando cumplió el año comenzó a tomar el biberón con sus extremidades inferiores, luego desarrolló otras habilidades como cepillarse los dientes, comer, vestirse, etc.”, cuenta su madre.

AdmiraciónJeremías muestra sus trabajos. Sube su rutina a sus redes sociales y a YouTube, donde tiene cientos de seguidores que lo admiran, respetan y le piden consejos.

También logró escribir tempranamente y luego vinieron los dibujos. Sus pies se adaptaron y ahora son sus manos con las que palpa y siente.

Conforme el niño creció asistió a escuelas de educación especial, pero siempre estuvo en aulas inclusivas, con niños regulares que han visto en él un ejemplo de superación.

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Óscar Maury y Silvia Cazar, padres de Jeremías, vigilan de cerca el trabajo del adolescente y lo apoyan a que siga adelante y cumpla sus metas.Juan Faustos / EXPRESO

“Siempre ha sido el mejor de su clase, logro que ha adquirido a base de esfuerzo, dedicación y mucho compromiso”, resalta su padre Óscar Maury, quien en el pico más alto de la pandemia perdió su trabajo y ahora hace pequeños ‘cachuelos’ que ayudan a mantener a su familia conformada por cinco miembros.

EducaciónUn total de estudiantes con discapacidad se educan en la Unidad Educativa Anne Sullivan, donde Jeremías cursa el décimo año de básica.

También se encarga de acompañar a Jeremías al colegio, todos los días, para ayudarlo en sus necesidades básicas: ir al baño, trasladarlo de un lugar a otro en los recesos y a compartir su hobby: el dibujo.

Es que este adolescente se ha tomado en serio su pasatiempo. “Ahora, cuando tengo una inspiración puedo recoger un lápiz y comenzar a dibujar”, dice Jeremías con algo de timidez en su rostro, pero seguro de lo que sabe hacer.

Para sostener el lápiz usa su pie derecho. Lo puede hacer solo, pero a veces sus padres se sientan junto a él y le colocan en los dedos los colores que con mucha habilidad los sostiene para empezar a realizar sus trazos.

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Siempre ha sido el mejor de su clase. Sus compañeros lo respetan y admiran por el esfuerzo que hace por superarse.cORTESÍA

Pinto lo que me rodea, los animales de mi casa, los animales del lugar donde estudio, lo que busco en internet. Me agrada plasmarlos para tenerlos siempre presente”, agrega, sentado en el piso de su cuarto que es el sitio de inspiración y concentración, donde además pasa el mayor tiempo, luego que regresa del colegio.

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Sobre su cama hay una veintena de cartulinas que muestran los dibujos realizados en los últimos años. Allí se observan gatos, loros, monos, iguanas, caras, ojos, entre otros.

También tiene dibujos pegados en las puertas y paredes de su humilde vivienda. “No los he podido poner en cuadros porque no tenemos dinero para gastar en eso, ya que hay otras necesidades en casa. Pero quiero seguir dibujando hasta lograr cosas más grandes y algún día colocar mi trabajo en cuadros o caballetes para que todos puedan apreciarlos”, dice sonriendo, mientras sus padres contemplan su esfuerzo, pero sobre todo aquella fortaleza que le ha servido para no dejarse vencer por la adversidad.

“Desde muy pequeño comenzamos a notar la habilidad que tiene y lo motivamos a seguir, encontramos una institución educativa donde además de educarlo también trabaja el tema de autonomía para que los estudiantes con necesidades especiales se preparen para la vida en el hogar”, agrega su padre.

El sueño de Jeremías es estudiar robótica y dedicarse también a la pintura. “Le damos cariño, fuerza y el apoyo que necesita para que se desarrolle en un ambiente de amor”, comentó su madre, a quien le preocupa el futuro de su hijo.

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Jeremías, junto a sus hermanas y primas. Ellos tienen una bonita relación.Juan Faustos / EXPRESO

“El niño tiene talento, pero nosotros no contamos con los recursos económicos necesarios para desarrollar sus potenciales. Ni siquiera tenemos para comprar una silla de ruedas eléctrica. Tenemos una sencilla que se la regalaron y es en ella que se moviliza de un lugar a otro, dentro y fuera de casa con la vigilancia de nosotros”, se lamenta.

Pero eso a Jeremías parece aún no preocuparle y sigue en lo suyo: “cumpliendo sus sueños”, como asegura.

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Hace tres meses abrió un canal en la plataforma YouTube. En su página ‘Piecitos Artísticos’ muestra como pinta y dibuja paso a paso.

Es el ejemplo para sus hermanas, a quienes también les ha enseñado a dibujar. El propósito de su arte es inspirar a más niños y jóvenes a que nunca se rindan. “Si yo puedo con mis pies, ellos también pueden con las manos”, anota con una gran sonrisa que llena de esperanza y orgullo a sus padres, quienes siempre están dispuestos a apoyarlo para que este niño siga pintado el amor y la ternura con sus pies.