
Invasión de veredas en Guayaquil: vecinos culpan a la ATM por la falta de control
El peatón debe esquivar carros en aceras de la ciudad. Denuncian que el desorden se agrava los fines de semana
En el norte de la urbe, las veredas han dejado de ser territorio exclusivo de los peatones para convertirse en improvisados parqueaderos. En sectores como Samanes, Guayacanes, Sauces, La Atarazana y Alborada, los vehículos invaden las aceras, rampas y zonas peatonales, “mientras la autoridad mira hacia otro lado”, reclaman los residentes.

EXPRESO recorrió varias de estas zonas y constató el caos vial silencioso, que se agrava cada día ante la ausencia de control y la indiferencia ciudadana, lo que los vecinos vienen denunciando desde hace meses
Riesgo para el peatón
En calles residenciales y avenidas principales, los vehículos se estacionan sobre las aceras con total normalidad, bloqueando el paso de peatones y personas que transitan en sillas de ruedas.
“Ya no se puede caminar tranquilo. Uno tiene que bajarse a la calle, arriesgando su vida, porque las veredas están llenas de carros. Nadie hace nada”, se quejó Yaritza Tomalá, habitante de Sauces 6, mientras intentaba avanzar por una acera tomada por vehículos.
Una escena similar se observó en Sauces 1 (foto), donde dos jóvenes se tomaban de la mano para pasar junto a un parque, donde la vereda estaba siendo usada como parqueo comunitario, pese a que había otras zonas libres donde los conductores se pudieron haber parqueado sin necesidad de impedir el paso a transeúntes.

Jorge Vera
¿Quiénes son los responsables?
Según algunos moradores, el problema radica incluso en los mismos residentes, que son quienes se parquean en sitios indebidos. “Se estacionan en los parques, en las veredas y hasta en zonas con rampas. Hacen lo que quieren y eso provoca que la gente que visita haga lo mismo”, reveló enérgico Tomás Sandoval, residente de Sauces 3.
Según denunciaron los ciudadanos, el problema no es nuevo, pero se intensifica por las noches y los fines de semana, cuando los bares, restaurantes y viviendas de estos sectores se llenan de personas. Muchos conductores, en su intento por encontrar un espacio, usan las veredas como estacionamiento público, sin temor a sanciones.
“En las noches esto parece un parqueadero gigante lleno de carros sobre las veredas. Algunos hasta bloquean las entradas de las casas. Nadie controla nada”, lamentó Jorge Vera, morador de la ciudadela Alborada.
La situación se agrava especialmente los fines de semana y feriados, cuando la vida nocturna del norte de Guayaquil se activa. El consumo de alcohol y las fiestas en casas o locales aumentan el desorden. Los vecinos sostienen que, además del ruido, deben soportar el bloqueo total de sus veredas y garajes
A través de las redes sociales también se ha multiplicado la indignación. En X, los guayaquileños comparten fotos y videos que evidencian la invasión de espacios peatonales, especialmente en sectores como Alborada, Samanes y La Atarazana.

Sin embargo, pese a las constantes denuncias públicas, los moradores se quejan de que la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) no ejecuta controles visibles ni aplica sanciones efectivas. “He etiquetado a la ATM y al Municipio varias veces en redes, pero nadie responde. Ni siquiera un patrullero pasa por aquí. Parece que este tema no les importa”, criticó Carla Mendoza, quien vive en La Atarazana, donde por las noches las peatonales se llenan de vehículos.
EXPRESO solicitó una entrevista con la entidad municipal para conocer qué operativos se realizan y los resultados obtenidos, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.
Jimmy Sevilla
¿De cuánto es la multa por parquear en la vereda?
La Ordenanza Municipal de Tránsito establece multas por estacionarse en zonas prohibidas. El valor de la sanción se establece en $47 por parquearse en lugares no permitidos en Guayaquil.
Los ciudadanos coinciden en que el problema no radica en la falta de leyes, sino en su poca aplicación.
Mientras tanto, los peatones siguen perdiendo su derecho a transitar con seguridad. “No puede ser que las veredas se usen para todo, menos para caminar. Hay adultos mayores, niños, personas con discapacidad. Es inhumano que no puedan ni salir de sus casas por un carro mal estacionado”, expresó indignada Luisa Mendoza, moradora de Samanes 5.

