Esto es Gestos de Amor, un especial que explora historias de amor incondicional y desinteresado que van más allá del romanticismo, recordándote cómo los gestos y detalles también pueden tocar los corazones. Prepárate para ser inspirado por estos conmovedores relatos que celebran el amor en todas sus formas.

En medio de los corazones adornando escaparates y las flores inundando las calles, hay una forma única de celebrar el amor en San Valentín que a menudo pasa desapercibida: el amor que se comparte con las mascotas, especialmente con aquellas que han sido rescatadas de situaciones difíciles.

Este 14 de febrero, mientras muchos celebran el amor con sus parejas intercambiando regalos y gestos de afecto, hay quienes dedican este día para honrar el vínculo especial que comparten con sus queridas mascotas. 

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Natalia Cabrera, de 22 años, es un ejemplo de esto. Hace tres años, decidió embarcarse en el voluntariado de rescate de animales maltratados. Fue entonces cuando conoció a Billy, un perro que había sufrido terribles condiciones de vida y maltrato. Con la ayuda de una fundación de rescate animal, Natalia pudo sacarlo de ese entorno dañino y brindarle un hogar lleno de amor y cuidado.

Para Natalia, el acto de adoptar a Billy ha sido una experiencia transformadora. A pesar de las dificultades que enfrentaba al principio debido a su pasado traumático, Billy ha demostrado ser un compañero leal, amoroso y muy engreído con su familia.

A pesar de que muchos le atribuyen el mérito de haber rescatado a este perro mestizo de raza pitbull blanco, Natalia tiene una perspectiva diferente. "La verdad es que Billy me rescató a mí", le dice a EXPRESO con una gran sonrisa. 

Para ella, la historia va más allá de haber brindado un hogar a un animal necesitado. Es sobre el poder transformador del amor y la conexión que comparten.

Hace tres años, Natalia decidió visitar la Fundación Almanimal, ubicada en el Buijo Histórico del cantón Samborondón. Esta fundación se dedica a brindar atención y refugio a mascotas rescatadas de la calle o de hogares donde sufren maltratos. 

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En este refugio, los animales reciben cuidados, alimentación y la oportunidad de encontrar un hogar definitivo donde puedan experimentar la felicidad que merecen. Y quienes deseen solo visitarlos, tiene la oportunidad de pasar un día acompañados de las mascotas que ahí viven.

Para Natalia, visitar la fundación no fue solo un acto de voluntariado, sino una experiencia transformadora que cambiaría su vida para siempre. A medida que pasaba el tiempo, se encariñó profundamente con Billy, que había llegado al refugio después de ser rescatado de un entorno de abuso y negligencia. Billy había sido encontrado en condiciones precarias, viviendo entre escombros y sus propias heces.

Desde el abandono y la negligencia hasta la crueldad y el abuso, las mascotas pueden enfrentar situaciones desgarradoras a manos de aquellos que deberían protegerlas y cuidarlas. Esta triste realidad es algo que Natalia entendió de manera profunda. Comprendió que el amor por los animales no solo implica caricias y mimos, sino también la responsabilidad de protegerlos y defenderlos de aquellos que les hacen daño.

Por esta razón, Natalia decidió darle a Billy un hogar temporal en su casa, para evaluar si estaba listo para ser parte de su familia. Esa prueba de fin de semana marcó el comienzo de una conexión indestructible. Después de solo unos días juntos, Natalia y su familia se enamoraron perdidamente de Billy y decidieron adoptarlo definitivamente.

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A pesar de su estado de salud deplorable al principio, Billy encontró en el hogar de Natalia el amor y el cuidado que tanto necesitaba. Con el tiempo, fue curado de sus heridas físicas y emocionales, transformándose en un perro sano, feliz y amado.

Natalia continúa siendo una presencia constante en la Fundación Almanimal. No solo sigue visitando el refugio regularmente, sino que también muestra su compromiso al contribuir con donaciones de comida y medicamentos para los animales necesitados.

Cada vez que Natalia visita la fundación, es recibida con entusiasmo y curiosidad. Los voluntarios y el personal del refugio ansían escuchar noticias sobre Billy. Y Natalia no duda en compartirles fotos y videos, mostrando el progreso y la felicidad que ha experimentado desde que encontró su hogar amoroso.

Para Natalia, cada visita a la fundación es una oportunidad para retribuir el amor y la alegría que Billy le ha brindado.

Esta joven no solo ha encontrado un compañero leal en Billy, sino que también ha descubierto su pasión por ayudar a otros animales necesitados. Sueña con fundar su propia organización de rescate animal, inspirada por la profunda experiencia de amor y redención que compartió con su amado compañero de cuatro patas.

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