Guayacos

El guayaquileño que pasó de los pensamientos suicidas a motivar a los jóvenes en las redes

Guayacos: Sebastián Vélez nació con cáncer ocular. Desde su adolescencia, la enfermedad lo empujó a ‘encerrase en una burbuja’ y a pensar en quitarse la vida. Pero ahora, una ‘mágica’ experiencia, lo convirtió en motivador.

motivador (7027658)
Sebastián Vélez, el joven que motiva desde su propia historia.Christian Vinueza/EXPRESO

Guayacos es una sección en la que contamos historias de los habitantes de Guayaquil, vidas que alimentan y hacen más rica esta ciudad. Relatos que ayudan a conocer mejor la madera de la que están hechos.

Luego de la graduación del colegio y del paseo de fin de año, Sebastián Vélez tomó la amarga decisión de suicidarse. Escribió una pequeña carta dirigida a sus compañeros de clase, donde lamentaba ver la vida de color oscuro.

perro 4

Giovanni Norero y Bruno, el popular dúo que se pasea por Samborondón

Leer más

El motivo de su depresión era que se estaba quedando ciego y esa ceguedad lo excluía de todo lo que un adolescente común deseaba hacer: salir con amigos, tener novia, jugar fútbol, ir a fiestas... Es que la retinoblastoma, cáncer de ojo, nació con él. Y fue así que desde que era apenas un bebé, tuvo que someterse a un estilo estricto de existencia.

“Cuando nací, unos familiares notaron en mi ojo unos puntos amarillos. A los tres meses los tumores habían crecido y perdí mi ojo derecho. Ahí empezó todo”, cuenta Sebastián, mientras recibe a EXPRESO en la sala de su casa, en Samborondón.

Ser diferente y perderse de hermosas experiencias que brinda la niñez y la adolescencia, por las continuas visitas al médicos y los viajes a Estados Unidos por los tratamientos oculares, lo empujaron a ‘encerrarse en una burbuja’, que constituía una enorme barrera entre él y el mundo. Se auto-aisló, con el corazón destrozado y empezó a perderle sentido a su realidad.

“La vida es demasiada difícil y no sé cómo sigo de pie y todavía avanzando, pero los últimos años me estoy derrumbando y queriendo terminar con mi desgracia, porque me doy cuenta que para mi vida ya no hay solución (…) Ya no aguanto, ya no puedo respirar, qué viene después, no soy feliz, estoy solo”, narraba en la carta. Tenía en aquella época apenas 17 años de edad.

Con el apoyo de su familia, aquel desliz pasó. Pero la baja autoestima y la depresión, por no poder continuar con sus estudios universitarios y llevar una vida normal, continuaron. En 2017, sus padres lo enviaron a estudiar inglés a Estados Unidos. Ahí perfeccionó el idioma, conoció buenos amigos y se reanimó. Sin embargo, la dificultad para atender las clases, más la presión social de que se debe tener una carrera profesional para recibir felicitaciones, lo volvió a hundir en la pena.

Hace un mes, mientras regresaba al país y durante el viaje en el avión, lamentaba de nuevo su situación y deseaba quitarse la vida. Ya tenía 26 años de edad. Pero esta vez, en medio de esa aflicción, una mágica voz apagó su pensamiento suicida.

Juan Carlos Orellana

El guayaquileño que no deja morir la tradición de usar guayaberas

Leer más

“Era una fuerza sobrenatural. Muchos le dirán Dios. Me habló al oído, era muy real. Me dijo que por ahora no me preocupara por los estudios, que mi misión era contar mi historia y motivar a los demás”, cuenta.

Ese día Sebastián bajó del avión, seguro, en paz y con la idea clara de la ruta que quería seguir: motivar a la gente a levantar su vida. Fue así que emprendió una campaña en su cuenta de Instagram con frases motivadoras y el pasado 3 septiembre alcanzó popularidad con la muestra de un videoclip donde comparte su historia.

El día en que el video fue lanzado, este joven motivador recibió 120 mensajes por interno en respuesta. 

Sebas, cómo suelen llamarle sus amigos, convive con el cáncer, las cataratas y la degeneración macular. Su visión es del 25 % y para retrasar la pérdida total de la vista izquierda, se ha sometido a radiaciones y quimioterapias. Sobre estos dolorosos procesos, este joven guayaquileño, indica que comprende, ahora, que han sido sus escalones para subir a su meta de incentivador y aunque con sombras, aprender a ver un mundo 'lleno de colores'.

“Quiero convertirme en un motivador profesional. Voy a estudiar y trabajar en aquello. Llegar con charlas a niños y jóvenes con discapacidades que se auto-aíslan o los excluyen por su condición, para decirles ‘Lift Your Life’ (levanta tu vida). Quiero que mi cuenta de Instagram sea una plataforma donde la gente cuente sus historias y que cada vez seamos más los motivadores”, concluye. 

Si sabes de un personaje de tu barrio o círculo que todo el mundo debería conocer, escribe a lopezk@granasa.com.ec