Desde la tarde del 8 de octubre unos ciudadanos rumbeaban en una vivienda en Rosendo Avilés y Machala, en el sur de Guayaquil. Disfrutaban oyendo salsa y acompañaban la música entonando bongó y campana. Pero una balacera acabó con la fiesta a las 21:30.

Sujetos a bordo de una furgoneta gris llegaron a la zona para interrumpirles la juerga. El vehículo apareció por la avenida Machala, en sentido norte-sur. Tres hombres bajaron y dispararon a los presentes, quienes estaban tanto fuera de la casa como en el zaguán.

“Llegó un vehículo del cual estamos verificando sus características, proceden sus ocupantes a realizar varios disparos al interior del domicilio, en el que se encontraban varias personas”, indicó el coronel Walter Gómez, jefe policial del distrito Nueve de Octubre.

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Al terminar su brutal acción, los matones escaparon en el automotor yéndose por la Machala, en dirección al sur.

• El efecto de la balacera fue terrible. Seis personas fueron baleadas, entre las cuales se encontraba una mujer. Posteriormente, tres ciudadanos fallecieron por efecto de los disparos: Jorge Raúl Naranjo Farías, Kevin Arteaga Arteaga y Jefferson Arnulfo Macías.

Ambulancias arribaron al sector para llevarse a los perjudicados a casas de salud. En videos difundidos en redes sociales quedó grabado el momento terrorífico, al igual que los instantes posteriores, en los cuales se observaba a la gente amontonada alrededor del cadáver de Naranjo.

Los parientes del hombre llegaron al punto y, una vez que comprobaron visualmente su identidad, se desmoronaron emocionalmente al ver el final de su ser querido.

Asimismo, se viralizaron filmaciones de cómo todo era alegría y farra antes de la tragedia. Una mujer tocaba bien animada la campana. Trago y fiesta, sin imaginar lo que se vendría. MPG 

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