Malecón 2000
En un recorrido, EXPRESO vio que les daban maní, snacks y chocolate.Miguel Canales

La fauna del Malecón, vulnerable a la mano del visitante

Algunos alimentan sin control a patos y peces. Hay quienes roban las aves, según denuncian. Especialistas explican por qué urge implementar rótulos 

Los colores, la forma y el movimiento de los peces, así como el vaivén en manadas de al menos medio centenar de patos atrae a diario a turistas y familias que, especialmente con niños, se acercan al malecón Simón Bolívar de Guayaquil en busca de recreación y para admirar a las especies.

Pero la fauna de ese punto turístico, también conocido como Malecón 2000, no siempre recibe buenas visitas o buen trato. La Administración pasada ya había alertado a EXPRESO de que varios visitantes alimentan a estos emblemas silvestres con comida inadecuada que pone en riesgo su conservación, como maní, chocolates y todo tipo de snacks.

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Este Diario realizó un recorrido por las instalaciones del lugar y constató que entre los visitantes están quienes observan, disfrutan y cuidan de estos atractivos, pero también quienes tienen poca cultura para tratarlas. En el caso específico de los patos, hay quienes les dan de comer dulces consumibles únicamente para seres humanos y quienes los manipulan y hasta los toman de las alas. Los niños en su inocencia, también tocan y golpean a estas aves.

Hay gente que no sabe cómo cuidarlos. Nosotros estamos pendientes, sin embargo, hemos tenido algunos casos de intento de robo de las aves, que hasta hemos tenido que llamar a la Policía. Se llevan los patos en las mochilas o las carteras”, narra a EXPRESO uno de los guardias del sitio. Las denuncias por robo de patos se conocen entre los visitantes y personas que con frecuencia transitan por el malecón y suman a las 17 alertas sobre tráfico de fauna en Guayaquil que registra el ECU 911, desde el año pasado.

“Yo personalmente no he visto ningún caso, pero he sabido que hay gente que viene con la intención de llevárselos”, cuenta Aracely García, una transeúnte que a diario pasa por esa especie de lago, ubicada al interior del malecón, al pie del río.

Es a la Municipalidad de Guayaquil a la que le compete velar por la fauna urbana de la ciudad y la principal a tomar acciones frente a estos descuidos. Así lo indica Estefanía Pareja, activista por los derechos de la fauna y voluntaria de la Fundación Rescate Animal.

Me gustaría que los patos tengan más acceso a la comida. Siempre están hambrientos y puede ser porque no se les da suficiente alimento. Hay quienes no saben qué darles.

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visitante
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“La mayoría no trata bien a las especies, pero por ignorancia. Ahí viene el trabajo de la administración, de orientarlos”, menciona la activista.

No obstante, en su recorrido EXPRESO escuchó las quejas también de los visitantes que mencionaban una falta de guía en el lugar respecto a cómo tratar a las especies: qué se les debe dar de comer y que no, o a qué hora. No hay señalización que indique esta información por ningún lado, aseguran.

“De vez en cuando vengo con mi familia, mi esposo y mi hijo pequeño a visitar a los patos. A mi hijo le gusta. Nosotros le compramos comida del dispensador, pero otras familias le traen comida y no creo que eso esté bien, pero tampoco hay un letrero que diga si está bien o no. La gente no lo hace de mala, quizás solo no saben”, menciona Lili González, desde uno de los asientos desde donde se los puede observar.

Es cierto que a veces no sabemos cómo tratar a los animales silvestres y nos gustaría orientación sobre aquello. Debería haber más señalización. Uno les da lo que tiene y no por ser malos.

Lili González
visitante

Lo que sí hay en el lugar son dispensadores de balanceado para alimentar a los peces y patos, que indica que se puede adquirir el alimento con $ 0, 25.

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Para el biólogo Bruno Yánez, también experto en fauna urbana, debe haber un control en cuanto a la alimentación. “Hay un mal manejo de las especies porque esos dispensadores dan la libertad a los visitantes de que compren la comida y se las lancen en el momento que quieran. Pero en el caso de los peces, ellos comen dependiendo de la temperatura en la que se encuentren. Es decir, hay horas en las que ellos no comen. Y si se les tira alimentos en las horas que ellos no comen, ese alimento se disuelve en el agua y queda en el piso de la piscina lo que ocasiona una baja de oxígeno en el agua que les perjudica también”, explica.

Es por eso que este especialista detalla que el control de las horas de alimento es fundamental para las especies del malecón, ya que es una zona muy concurrida. Para eso, explica Yánez, la administración del malecón debe implementar letreros o guías informativas que eduquen al ciudadano.

DenunciasUna de las más recurrentes recae en la forma en cómo persiguen y tocan a las aves. Hay quienes las toman de las alas.

“Quisiera saber a dónde van a parar los huevos de los patos. Estos siempre están hambrientos y eso me da la percepción de que casi no se les da de comer. En todo caso, creo que falta difusión sobre su cuidado y si los podemos tocar, que es lo que más veo que la gente hace”, acota Edison Yampier, visitante.

Malecón 2000
La ciudadanía exige más control en el sitio para preservar a las especies que por años permanecen y dan vida al Malecón.Freddy Rodriguez

Frente a esta situación y teniendo en cuenta que las quejas empezaron a ser recurrente el año anterior, EXPRESO preguntó a la administración pasada sobre el cuidado que desde el malecón se le hace a la fauna de este espacio público, pero el personal indicó que no pueden dar declaraciones porque el periodo anterior había concluido. A la nueva administración, este Diario también les hizo la consulta respecto a qué harán frente a estas denuncias y cuál es el estado en el que se encuentran las especies, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

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Yánez menciona que los patos necesitan un poco más de espacio, porque con la cantidad de animales que hay en el malecón, todos los que ahí habitan deberían ser machos para evitar un problema poblacional. Pero esa información tampoco se la conoce.

Además, añade que estos no deben compartir su laguna con otras especies. Y es algo que sí pasa. “Al igual que los peces, los patos deben llevar un control en su alimentación porque si, por ejemplo, les lanzan un pedazo de manzana y el pato que lo toma es pequeñito, se podría atorar y morir”.

malecón 2000
En el sitio se ha vuelto común ver a los patos nadar entre fundas de basura.Miguel Canales Leon
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Pareja coincide en que debe haber instructivos de concienciación en ese parque y añade que los mismos deben replicarse en el malecón del Salado donde hay otras especies y en otros puntos turísticos de la ciudad, como el cerro Santa Ana y el parque Seminario. Adicionalmente sugiere que el cuidado de la fauna urbana sea un tema que se toque en las instituciones educativas.

“De Guayaquil siempre se ha dicho que es biodiverso, que tiene una serie de animales, que hay rutas incluso para observarlas, pero no veo que se hable del tema nunca. Si queremos destacar en ello, entonces hay que invertir en ello. El río, los manglares, el mismo estero Salado han sido ignorados por años. No permitamos que pase lo mismo con nuestras especies. No permitamos que estas desaparezcan, de la forma que sea”, sentencia Claudia Romero, habitante de Ceibos y asidua visitante.