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Ernesto Peñaherrera es jefe del Servicio de Cardiología en el Hospital Luis Vernaza, en Guayaquil. Es cardiólogo, especialista en hipertensión arterial y máster en investigación clínica y epidemiológica.Paúl Arias Castillo

Ernesto Peñaherrera: “La inseguridad ha alterado los chequeos del paciente”

EXPRESO dialoga con el jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Luis Vernaza, sobre las afectaciones a la salud cardiovascular causadas por la pandemia, y ahora la inseguridad

Por el Día Mundial del Corazón, que se conmemora mañana, EXPRESO dialoga con Ernesto Peñaherrera, jefe del servicio de Cardiología del hospital Luis Vernaza. Peñaherrera señala que entre el 32 % y el 35 % de la población mundial posee enfermedades cardiovasculares. La cifra es la misma en Guayaquil y Ecuador. El situación y el riesgo son los mismos, alerta.

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-Mucho se ha dicho que a raíz de que llegó la pandemia, el corazón fue uno de los órganos que más sufrió. ¿Se ha reportado algún cambio en el corazón de los jóvenes e incluso de los niños?

Después de la COVID se han reportado más casos de miocarditis y enfermedades inflamatorias al corazón que pueden generar arritmias cardíacas, insuficiencias cardíacas, que por suerte la mayoría son transitorias. Hay un aumento de casos de hipertensión arterial causados por ansiedad, depresión, por pérdidas, por las deudas... En los jóvenes, que se han visto también afectados en esta época, lo que más se ha visto son cuadros de depresión, miocarditis y aislados cuadros de hipertensión. Sin embargo, las palpitaciones, los dolores precordiales inespecíficos, la falta de aire, algunos relacionados a síndromes depresivos, no han estado alejados a su vida. La llegada de la pandemia que detuvo todo por un lapso de prácticamente dos años, los empujó a ver su futuro como sombrío... Esto generó cuadros de ansiedad, que sí, son las secuelas de esa cuadro.

PerfilPeñaherrera es jefe del Servicio de Cardiología en el Hospital Luis Vernaza, en Guayaquil. Es graduado de médico cirujano en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil. Es cardiólogo, especialista en hipertensión arterial y máster en investigación clínica y epidemiológica.

-¿Cómo luchar contra esas secuelas? ¿Cómo reducirlas?

En este caso lo indispensable será la terapia. Tomar con seriedad el caso. Buscar ayuda, apoyo emocional, médico.

-En las conversaciones cotidianas se escucha hablar de infartos, hipertensos en las familias, más casos de trombosis. ¿Hay un incremento de estas enfermedades?

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La pandemia ha aumentado un poco la posibilidad de tener trombosis, no muchos más, pero sí en un 2%... No hay razón de caer en pánico. Ha pasado con algunos pacientes covid, pero en mínimos casos.

-Más allá de cambiar el estilo de vida, ¿qué urge para reducir los males al corazón?

Hacer ejercicio, hacer ejercicio está por encima de cualquier factor de riesgo. Si la gente camina 30 minutos, todos los días o cinco veces a la semana... Esa es la mejor terapia no farmacológica. Los medicamentos actúan siempre y cuando las personas hagan cambios en el estilo de vida, como controlar su peso y revisar la actividad física.

ContextoMañana se celebra el Día Mundial del Corazón, que busca concienciar y crear ambientes favorables para el tratamiento para las enfermedades cardiovasculares en el mundo.

-La inseguridad tiene a la mayoría de la población tensa. Ahora se pasa más tiempo en casa. ¿Hasta qué punto influyen negativamente en el corazón estos factores?

No tanto en el corazón, sino en sus chequeos. En la falta de que los pacientes que tienen problemas, vayan a los consultorios médicos o a Emergencias a determinada hora. Una persona que tiene dolor de pecho, que tiene presión elevada, antes acudía a Emergencias, sin importar fecha ni horario. Es probable, no tengo cifras, que ahora los pacientes digan ‘me tomo este medicamento’, por temor a salir a las dos de la mañana o en la noche a chequearse... Ahora, en los sitios donde habitualmente la concurrencia de pacientes era alta, a las 18:00 baja notablemente.