Escuadrón Esparta
Desde junio, los canes rondan distintos puntos de la ciudad junto a sus guías.Miguel Canales / EXPRESO

La duda de los canes rescatados

Expertos cuestionan la inserción y entrenamiento de perros en canoterapia y seguridad. La mayoría de los que están en estos programas son rescatados

Los canes rescatados en Guayaquil encontraron un espacio entre las filas del Escuadrón Esparta y de terapia impulsados por la Dirección de Bienestar Animal. Sin embargo, expertos en entrenamiento canino cuestionan el tiempo que llevan capacitados para estar en estas líneas de trabajo.

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De los 17 perros que forman parte de Esparta, 15 fueron rescatados; mientras que de una amplia selección de canes se tomó a otros 15 para servir en canoterapia. Los caninos provienen de distintos ambientes, algunos fueron rescatados de hogares agresivos, como los del caso conocido como ‘el maltratador de las Cumbres’; y han participado en variadas actividades, como lo ha contado EXPRESO. Pero todos pasaron por tres meses de entrenamiento, luego de lo cual comenzaron a desempañarse en esos roles, lo que no es suficiente, según expertos.

Carlos Checa, formador de canes de seguridad, explica que ese tiempo es el más básico. “Toma en promedio tres meses entrenar a un can para controlarse, sentarse y obedecer órdenes básicas de su guía. Pero será de un año y medio, mínimo, entrenarlo para actividades como ataque y disuasión”, afirma. Esto debido a que el can debe contar con varias cualidades, como instinto de ataque y dominancia, que deberán ser controladas. “Ellos, precisa, deberán actuar con estos instintos únicamente con las personas que agredirán al inocente o en el entrenamiento”.

La inserción de canes como los gran danés, de estatura que supera el promedio, añade, no es el tipo que se debe usar para estas actividades. “Sus almohadillas pueden ser afectadas luego por su tamaño”. Y, la selección de canes para detectar drogas y explosivos, es un proceso que debe darse por la raza con la que se trabaje. “Se toma a los perros que en su genética cuenten con las mejores narices, no un perro cualquiera”, objeta.

Escuadrón Esparta
Los canes rescatados, que pertenecen al Escuadrón Esparta, ayudan en la tarea de seguridad en la ciudad.Miguel Canales Leon

En el caso del Escuadrón Esparta, en su momento, recibió el rechazo de variadas fundaciones dedicadas al rescate de animales, porque muchos de los perros salieron de un ambiente lleno de traumas, y las organizaciones no consideran pertinente insertarlos en estas actividades que pueden presentar un riesgo.

Además de la presencia de perros de razas que no deberían estar incluidos en ese grupo por sus características genéticas, como el gran danés.

ActividadesSegún el Cabildo, los canes fueron seleccionados de forma rigurosa para cumplir roles de protección junto a los agentes metropolitanos y como perros de terapia.

Fabiola Jiménez, una de las entrenadoras que estuvo a cargo del proceso de adiestramiento de los canes de terapia, asegura que detrás de ese procedimiento hubo una selección de decenas de canes, dentro de los cuales se escogieron a 15 para ser entrenados a través del método Pellitero, que se caracteriza por el entrenamiento específico que reciben los perros de apoyo en técnicas de intervención animal-humano.

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Después de tres meses se les asignó un guía que también está en proceso de aprendizaje y se encargan de conocer al perro, para mantener un entrenamiento constante y asista a las terapias, las cuales ya se están incluyendo, de forma breve, en actividades como soporte emocional en aquellas personas con discapacidades, adultos mayores y pacientes en rehabilitación por consumo de drogas.

Ebe Caccio, entrenadora de canes para terapia, explica que el proceso en estos casos es mucho más largo, y debe ser llevado por profesionales del procedimiento, que toma entre dos a tres meses, solo para que el perro tenga un entrenamiento de socialización, acoplarse a estar entre personas. “De ahí, como mínimo, serán seis meses el resto del entrenamiento, dependiendo de la actividad de terapia en que se lo asigne”.

Destaca que cualquier perro, sin importar su raza, puede servir para canoterapia, pero deben cumplir con un entrenamiento riguroso. Recién al año podrán asignarlos a los niños y personas que necesiten de su asistencia.