
Así fue el crimen de mujer taxista en Guayaquil: autores confesaron a la Policía
Silvia Leonor Inga Bermúdez fue vista con vida, por última vez, el 14 de septiembre, cuando estaba en La Aurora (Daule)
Los dos sujetos detenidos por el secuestro y asesinato de la taxista informal Silvia Leonor Inga Bermúdez, vista por última vez el domingo 14 de septiembre en el parqueadero de un supermercado en la parroquia La Aurora, en Daule, serían miembros de la organización delictiva Chone Killers, según información de la Policía Nacional.
Se trata de Pedro Palacios Gómez, de 19 años, y un adolescente de 17, quienes habrían confesado su participación en el rapto y asesinato de la mujer de 41 años, cuyo cuerpo fue hallado en estado de descomposición la mañana del miércoles 17 de septiembre.
En su versión ante la Policía, recogida en la página de la Función Judicial, Palacios, detenido la madrugada del miércoles en la avenida Chucho Benítez, mientras conducía el vehículo Hyundai azul de la víctima (de placa GQQ-666), no solo admitió su implicación en el crimen, sino que detalló cómo interceptaron a Inga.
Según relató, junto a su cómplice abordaron el taxi en el sector de Montebello, haciéndose pasar por pasajeros. Con amenazas de arma de fuego obligaron a la conductora a pasar al asiento posterior y llevaron el vehículo hasta el Jardín Botánico, en el norte de Guayaquil. Allí la bajaron, la empujaron hacia un barranco y posteriormente le dispararon en varias ocasiones.
El detenido aseguró que no actuó solo, sino en complicidad con el adolescente, quien también fue aprehendido, en una vivienda de Bastión Popular, donde la policía encontró 18 fundas con cocaína y una de marihuana.
Víctima tenía dos hijos menores de edad
Una oficial a cargo de la captura relató en la audiencia que, tras la confesión de Palacios, realizaron un primer rastreo en el sector de Las Orquídeas y el Jardín Botánico, pero debido a la poca visibilidad nocturna no lograron resultados.
Horas después, con apoyo de agentes de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida y Muertes Violentas (Dinased), encontraron el cuerpo entre matorrales, a pocos metros de donde habían buscado previamente.
La Fiscalía procesó a los sospechosos por el delito de desaparición involuntaria, tipificado en el artículo 163 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que establece una pena de 22 a 26 años de cárcel si la víctima muere a consecuencia del hecho.
Inga tenía dos hijos, de 15 y 10 años. Su cuerpo, además de estar en estado de descomposición, fue hallado con las manos y los pies amarrados con una cuerda y presentaba múltiples impactos de bala.
Sus restos fueron sepultados la tarde del jueves 18 de septiembre en el cementerio Parque de la Paz, en La Aurora.
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