
Aguiñaga contra Álvarez: "Ya nos hemos acostumbrado a sus frases peyorativas"
La relación entre la prefecta y el alcalde de Guayaquil está en conflicto. La militante de RC5 se defiende de señalamientos
Fueron liados políticos, pero hoy son rivales que se enfrentan en una guerra de acusaciones públicas. La relación entre la prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga, y el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, se rompió, y el detonante fue una obra: el polémico paso a desnivel en Los Ceibos.
Una relación rota: "No tengo ningún diálogo"
El quiebre se hizo irreversible cuando la Prefectura, cumpliendo una orden del Ministerio de Ambiente, dio un ultimátum de cinco días al Municipio para que despejara la Av. del Bombero, donde se construía la obra ya suspendida. La respuesta del alcalde fue contundente, acusando a la prefecta de arrogación de funciones y de actuar como una "emperadora".
No sabíamos que en Ecuador teníamos emperadores… y ahora, en Guayas, parece que alguien quiere jugar a “emperadora”.
— Aquiles Alvarez Henriques (@aquilesalvarez) August 15, 2025
La Prefectura ha decidido arrogarse funciones que no le competen —lo cual, para que no se olviden, está penado por la ley ecuatoriana— y, de paso, amenazan con… https://t.co/UXthdTnL3u
La alianza política se desvaneció por completo. En una entrevista exclusiva con EXPRESO, la prefecta Aguiñaga fue tajante al describir el estado actual de la relación: "Yo no tengo ningún diálogo con el alcalde, debo decirlo".
Aguiñaga describió la actitud del alcalde con duros términos, refiriéndose a "Ya los guayaquileños nos hemos acostumbrado a sus ataques beligerantes, berrinches, utilización de frases peyorativas". Afirmó que, por su parte, su "canal de diálogo nunca ha sido cerrado" y que se necesita "madurez en la administración pública", pero la fractura parece insalvable.
El conflicto trascendió lo político y se adentró en lo penal. Álvarez advirtió que si la Prefectura intervenía la vía con su propia maquinaria, estaría cometiendo peculado. La prefecta desestimó la acusación, asegurando que "un alcalde no es quien determina el peculado, eso lo establece la Función Judicial".
Mientras tanto, el proceso administrativo continúa. Aguiñaga insiste en que el Municipio debe defenderse en derecho y demostrar que la información entregada para el permiso ambiental de la obra era correcta. "Aquí no caben berrinches o descalificativos", sentenció. El quiebre entre los dos líderes de la Revolución Ciudadana es total, y la obra que lo provocó sigue paralizada.
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