
¿Cómo afectan las denuncias contra Aquiles Álvarez a su gestión como alcalde?
Entre procesos legales, disputas con el Gobierno y proyectos en vilo, la administración de Guayaquil enfrenta incertidumbre
La gestión del alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, transita por un campo minado de confrontaciones legales y políticas que impactan directamente en la administración de la ciudad.
¿Paralizaría las obras?
Este escenario, según expertos, no solo genera "ruido" mediático, sino que amenaza con paralizar la planificación, retrasar obras y debilitar la articulación necesaria para gobernar, especialmente en materia de seguridad.

Para la académica y politóloga Andrea Endara Ordóñez, el efecto es claro y contundente.
"Por su puesto que afectan, porque llenan de ruido la planificación del Municipio, genera atrasos e incertidumbre con los proveedores y las instituciones con las que tiene que articular para la gestión municipal".
Endara advierte que la situación podría escalar si las acusaciones se consolidan judicialmente.
"Estas denuncias de consolidarse y ser ciertas podrían desembocar en que él no termine su gestión municipal, generando más retrasos en las actividades del municipio".
Este clima de inestabilidad, añade, también tendría un costo político para su partido, RETO 33, de cara a futuras elecciones seccionales.
Frentes abiertos de Álvarez
Actualmente, la administración de Álvarez enfrenta varios frentes de conflicto. En el ámbito legal, uno de los más notorios es el conocido como Caso AAA, que involucra al alcalde en una red de tráfico de combustible.
Además, Fiscalía General del Estado abrió una investigación previa por un presunto peculado en la adjudicación de contratos para la recolección de basura en la ciudad. El alcalde ha sostenido enfáticamente que este proceso es "una herramienta de persecución política"

A este proceso se sumó, en días recientes, la acusación pública del procesado Daniel Salcedo, quien lo mencionó al exhibir una fotografía en medio de sus declaraciones, un hecho que el alcalde también ha negado y enmarcado en la misma estrategia de ataque.
En paralelo, la disputa política con el Gobierno del presidente Daniel Noboa ha sido una constante. Los roces han abarcado desde la estrategia para combatir la inseguridad hasta el desarrollo de infraestructura clave. Mientras Álvarez ha cuestionado la efectividad de los planes de seguridad del Ejecutivo, desde el Gobierno se ha criticado la falta de acción municipal en ciertas áreas.
Este choque de poderes ha dejado en un limbo proyectos vitales para Guayaquil. Un ejemplo es el Quinto Puente, una obra de competencia estatal cuya planificación y ejecución se ven afectadas por la falta de sintonía entre ambas administraciones.
Más allá de los titulares, la consecuencia más grave de esta inestabilidad recae en la ciudadanía. Endara Ordóñez subraya el impacto en la principal preocupación de los guayaquileños: la violencia. "Para la ciudadanía, el control de la seguridad afecta porque el alcalde no puede articular para crear políticas públicas efectivas que ayuden a 'desescalar' la violencia".