Ya han sido varias las oportunidades que nos demuestran que el futuro de una selección que aspira al mundial recae en las generaciones más jóvenes. Ecuador no fue ajeno a este ejemplo, pues gracias al 11 más joven de su historia y a la labor de Gustavo Alfaro, la selección asistirá por quinta vez a su cita mundialista

Esto fue precisamente lo que se vivió durante la era Pékerman en la selección colombiana, o con la Generación Dorada de Bielsa y Sampaoli en Chile, las cuales sobresalieron en las competencias internacionales de más alto nivel. El éxito conseguido permitió ponerlas a la par de las selecciones más representativas como son Brasil, Argentina y Uruguay, siendo ahora los equipos más seguidos por aficionados, prensa, y las plataformas de apuestas deportivas mejor valoradas por Bonusfinder Chile, donde forman parte de sus pronósticos y promociones especiales, grupo a los que la Tri también aparece en vísperas de la Copa del Mundo.

Sin miedo a probar cosas nuevas

Realizar la renovación de un ciclo en las selecciones es un desafío clave para cualquier equipo que aspire a crecer en el mapa deportivo. Esto requiere del cuidadoso balance entre convocar a los mejores y más experimentados referentes, junto a nuevos prospectos que desde las categorías inferiores han estado preparándose para cumplir con su país. Combinando estos talentos y la visión formadora del seleccionador para pulir sus mejores facetas deportivas y humanas, se logran conquistar resultados que, mirando al pasado, se creían inalcanzables.

Tras lamentables resultados como ser octavos en la clasificación al Mundial Rusia 2018, la falta de dirección en el banquillo, y una dinámica mundial completamente trastornada, la llegada de Gustavo Alfaro ha sido vital para la tricolor, aportando nuevos esquemas y valores necesarios a la Casa de la Selección.

Quizás la decisión más crucial fue proceder al debut de 32 nuevos jugadores a lo largo de 19 partidos tanto de la Copa América como las clasificatorias al Mundial, logrando así probar el talento y el compromiso de quienes verdaderamente supieron aprovechar esta valiosa oportunidad.

Fue así como el mediocentro Moisés Caicedo, quien con apenas 19 años, logra conseguir su titularidad en el campo, demostrando gran calidad de juego y personalidad ante los partidos contra Argentina en la Bombonera, así como en Quito, al contribuir con una diana en el arrollador 4-2 contra Uruguay. Lo mismo ocurrió con el defensa Piero Hincapié quien milita en el Bayer 04 Leverkusen y que demostró con buenas sensaciones por qué es considerado uno de los top10 Sub-21 más prometedores de Europa. Por otro lado, la experiencia del arquero argentino y ecuatoriano nacionalizado, Hernán Galíndez, le valió no solo estrenar la camiseta de la selección, sino también la continuidad bajo los tres palos.

Si bien existieron algunos traspiés, como la derrota 2-1 ante Venezuela y cambios de fondo que despertaron las críticas de la prensa y la afición, aun ante el ojo del huracán, la confianza en el proyecto y el sentido de pertenencia que sembró Alfaro entre los jugadores, demostró que no hay resultado imposible, mientras haya apetito por hacer historia.