En el lanzamiento de córner hay bastante variabilidad en el tipo de marcajes zonales y mixtos. Defensas hundidas priorizando la cobertura de la portería, dejando desprotegida la zona de rechace. Es ahí donde aparece Fydriszewski, delantero integral, quien se apresura a aprovechar esos metros para cargar el pie y colocar en la red un disparo cercano.

Y es que El Nueve sabe recibirla y acomodarla para dejar al rival de costado, sin oportunidad para taparlo de frente. Bien ubicado facilita la entrega, cuando pica gana sin necesidad de darse la vuelta. Un ariete de pausas pensantes, con sigilo felino.

En faltas directas o indirectas existe tendencia de los adversarios a colocar dos líneas bajas muy unidas dentro del área. Es donde predomina el golpeo cerrado. Los canarios llegan al remate desde muy atrás, en carrera de tiro. Habitualmente entran seis futbolistas con Fydriszewski como punta, con ganas de revolear rivales que brotan por todos lados. Voltea donde pone el pie.

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Los goles diferenciales son los que te hacen ganar o empatar el partido. No se toman en cuenta los goles que no dan ventaja en el marcador.

Alex Arce, de Liga de Quito, la pide al espacio, alejándose de la jugada. Sus desmarques a los costados abren callejones para las diagonales de los extremos. Recibe y resuelve con apenas 20 centímetros de luz. Deja al arquero emocionalmente abatido y roto.

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Su definición llega sin adormecer el ritmo. A su marca le hace digerir frenos y salidas por el lado inesperado. Fútbol de interpretación, no músculo. Su técnica depurada en el cabeceo quiebra la resistencia. Mide su impacto, antes o durante el salto; y un recurso para hacerlo certero es no mirar hacia el sitio donde se haya propuesto dirigir el balón.

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