
Ericka Carrera logra podio en Dominica y rompe tres récords de apnea para Ecuador
La apneísta ecuatoriana alcanzó 56 metros en Peso Constante Bi aletas y fue tercera en una de las competencias más exigentes
En las aguas cristalinas y profundas de Dominica, Ericka Carrera escribió una de las páginas más importantes de su carrera deportiva. La apneísta ecuatoriana logró el 4 de agosto el tercer lugar en la competencia internacional Deep Dominica, considerada una de las más exigentes y prestigiosas del circuito mundial.
Su marca: 56 metros en Peso Constante Bi aletas, llevó a esta guayaquileña de 33 años al podio frente a los mejores atletas del planeta.
Pero el logro no se reduce a una medalla. En apenas seis días de competencia, Ericka consiguió tres récords nacionales para el Ecuador: 65 metros en Peso Constante Monoaleta, 43 metros en Peso Constante Sin aletas y 56 metros en Peso Constante Bi aletas.
De las cuatro categorías oficiales del apneísmo, la tricolor ya domina tres. Solo le falta Inmersión Libre, en la que actualmente marca 53 metros frente a un récord de 60. Su meta es clara: llegar a 61 y convertirse en lo que siempre ha soñado, “la mujer más profunda del Ecuador”.
Deporte y maternidad
El resultado tiene un trasfondo aún más significativo para ella: hace poco más de un año, Ericka dio a luz a su segundo hijo y, pese a que volvió a entrenar a los dos meses del alumbramiento, su retorno a esta competición estuvo lleno de sacrificios y dudas.
“Al comienzo pensé que no lo iba a lograr. Mi cuerpo aún se estaba adaptando, incluso dejé la lactancia justo antes de viajar. Pero poco a poco todo se acomodó y sentí que podía llegar más lejos”, cuenta.
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La ecuatoriana pasó 36 días lejos de sus pequeños hijos para competir. Una decisión que no fue fácil y que, reconoce, estuvo cargada de culpa y cuestionamientos.
“En nuestra sociedad todavía se piensa que una mamá que deja su casa por sus sueños es una mala madre. Pero para mí, llegar al podio fue la prueba de que nada es imposible. No solo soy mamá, también soy atleta, y quiero enseñarles a mis hijos que una mujer puede lograr lo que se propone”, dice con orgullo.

La resiliencia
Su esposo la acompañó en la etapa final del torneo y fue un apoyo decisivo. Pero también reconoce que su mayor fortaleza fue aceptar sus propios procesos físicos y emocionales.
“El cuerpo de la mujer es increíble. Nos transformamos, damos vida y luego volvemos a nuestro ser. Solo tenemos que creer que lo podemos hacer”, afirma.
Ericka se alista para el Mundial de AIDA, este mes en Limassol, Chipre. Allí planea superar la categoría que le falta.
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