La Copa Mundial es más que los partidos que se juegan en la cancha. Representa un evento con diferentes experiencias en el día a día de los aficionados. Por dos semanas, Doha es la capital del mundo. Allí, personas de diferentes nacionalidades tienen la oportunidad de conocerse y relacionarse. Sea en el bus, el metro, en las calles, en los mismos estadios y hasta en los lugares de hospedaje.

“No solamente la gente de Qatar es amable, me han tocado de otros países muy buena onda”, comenta Franco Marino, hincha argentino. Esto refleja la relación diaria entre aficionados, inclusive cuando sus selecciones juegan entre sí el mismo día.

Así es como en su momento, los fanáticos de Arabia Saudita y de México se “enfrentaron” con cánticos en el metro de Doha, durante unos 25 minutos de trayecto al estadio. Todo en un ambiente de paz, con un buen ánimo y disfrutando de la fiesta futbolera.

Ninguna de las dos selecciones clasificó a la siguiente ronda, pero cuando acabó el partido, los hinchas intercambiaban sus camisetas para el recuerdo.

Así sucede constantemente en los partidos de la Copa del Mundo. Lo mismo ocurrió luego del compromiso entre Bélgica y Croacia, en el cual la selección belga quedó eliminada. Muchos fanáticos cambiaron camisetas. No existió rencor, lo sucedido queda en la cancha y fuera de ella existe una relación amigable.

De cierta manera, algunos ya están acostumbrados a este ambiente. “Me piden foto a cada rato solo por mi sombrero, les llama la atención a la mayoría de árabes”, contó Jesús Pérez, un aficionado mexicano.

Es que esto es común durante el mundial: las fotos entre hinchas de diferentes partes del mundo, especialmente si portan algo tradicional de su país. Cada turista es un ser exótico en los ojos y el teléfono del otro.

En el Barwa Barahat Al Janoub Cluster, uno de los espacios que acogió a miles de aficionados, existe una convivencia diaria marcada entre aficionados de diferentes países. “Hicimos un asado con argentinos, los sudamericanos nos apoyamos más”, dejó saber Diego Galón, uruguayo que tiene 12 días compartiendo en este sector. “Conoces otras personas, llegas a hacer amistades para un futuro”, agregó.

Pese a esto, sí han existido altercados entre hinchas, aunque sean mínimos. En el Argentina frente a México se pudo observar peleas entre aficionados de ambas selecciones. Rápidamente intervino la seguridad y retiró a las personas involucradas. Pero es una excepción.

En líneas generales, el ambiente de armonía y fiesta se contagia entre los aficionados. La integración es un gol que marca el fútbol fuera de la cancha.