
Christian Cueva no se va de Emelec: conoce los detalles de lo que realmente pasó
La verdad sobre Christian Cueva en Emelec: ni se va ni hay conflictos con el club
En Emelec los rumores corren más rápido que un contragolpe. El último apuntó a Christian Cueva, señalado en redes como ausente definitivo: que no soportaba los atrasos, que armó maletas y se marchó. La realidad es otra.
El peruano viajó a Lima durante el parón, con permiso del club, para atenderse médicamente con sus doctores de confianza y abrazar a su familia. El show fue externo, porque la dirigencia tenía todo bajo control.

Guillermo Duró lo dijo todo
El técnico Guillermo Duró fue directo para calmar las aguas: “El jugador está en su país con un permiso especial, autorizado por la dirigencia. Está habilitado”. Cueva regresará en breve a Guayaquil, aunque todavía deberá cumplir un partido más de sanción tras el Clásico del Astillero.
Al final, el drama fue un invento colectivo, la novela de tribuna que cada tanto agita la Caldera. En el Capwell se sabe: si no hay rumores… se los crean.
La otra cara son las deudas de verdad con FIFA
La realidad de Emelec parece no darle tregua. A los problemas internos de impagos y la falta de público en el Capwell, ahora se suma un golpe desde la FIFA: la prohibición de inscribir jugadores en los próximos mercados. La sanción surge por la deuda pendiente con el defensor argentino Leandro Vega, cuyo reclamo vuelve a encender las alarmas.

No es la primera vez que el Bombillo enfrenta este tipo de castigos; antes había llegado a un acuerdo para evitar el bloqueo, pero el incumplimiento de lo pactado reactivó el expediente y con ello la severa medida.
El castigo no contempla pérdida de puntos ni sanciones deportivas, pero sí golpea la planificación del club. El mercado local está cerrado, aunque la ventana internacional se acerca y, si no se cancela el monto —cercano a los 400 mil dólares—, los eléctricos quedarán atados de manos para reforzarse.
La dirigencia de Jorge Guzmán tiene una cuenta regresiva que no solo compromete la estabilidad financiera, sino también el futuro competitivo. En medio de una hinchada inquieta, Emelec navega una crisis que parece no encontrar puerto seguro.
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