Interparroquiales
En el coliseo de Nayón se disputaron las finales masculina y femenina del campeonato interparroquial juvenil.RENÉ FRAGA / EXPRESO

Carnaval en finales del básquet interparroquial

Con coliseo lleno se disputaron los títulos de las categorías sub-16 y sub-18. Pomasqui dominó con dos coronas y dos subcampeonatos

Cientos de personas llegaban presurosas al coliseo de Nayón. Familias, amigos, vecinos. Nadie se quería perder las finales del básquet interparroquial juvenil.

Las ventas ambulantes también aprovecharon la ocasión para ubicarse en las calles aledañas al recinto ofreciendo principalmente comida típica.

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En los juegos previos de la disputa del tercer lugar, el ambiente ya era festivo. Las barras dieron forma a un carnaval en el coliseo que lució lleno. Hasta aficionados tuvieron que sentarse en los costados de la cancha para poder observar los encuentros.

Espuma, confeti y globos fueron parte de los elementos que las aficiones utilizaron para alentar a sus parroquias.

Los primeros títulos en juego fueron de la categoría sub-16. En la rama femenina, Pomasqui, que ubicó a sus conjuntos en las cuatro definiciones de las coronas, enfrentó al local, Nayón.

Pese a que habían salido victorioso en los dos duelos de la fase previa, el quinteto oro y grana esta vez no pudo ante un rival que se creció después del descanso y forzó el juego al tiempo suplementario, donde se impuso por 42-39.

Los dueños de casa festejaron en grande ante el lamento de sus contrincantes, que después tendrían su revancha.

En la rama masculina, Pomasqui midió a Píntag y se quedó con el trofeo al vencer por 21-36, para la algarabía de su barra, que fue la más organizada de la competición.

Las emociones continuaron con las finales de la categoría sub-18. El campeonato femenino fue el primero en definirse.

La Merced y Pomasqui tuvieron un encuentro intenso. Las hermanas Melanie y Alisson Sani lideraron a La Merced, que con una formación de jugadores de mediana estatura, pero veloces, pusieron en aprietos a sus rivales de mayor físico.

Todo cambió cuando el técnico de Pomasqui decidió establecer marca personal a Melanie. Así tomaron el control del juego y la ventaja en el marcador de la mano de Paula Mantilla, quien con anotaciones y rebotes le dio la corona a su parroquia.

“Muy emocionada por ganar este campeonato que va dedicado a toda la gente y a mi familia. Esto es el resultado del esfuerzo de los entrenamientos”, afirmó Mantilla, quien practica el básquet desde pequeña y ha militado en la selección de Pichincha y fue preseleccionada tricolor.

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    Una gran fiesta deportiva se vivió en la definición de los títulos de básquet interparroquial juvenil.RENÉ FRAGA / EXPRESO
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    Una gran fiesta deportiva se vivió en la definición de los títulos de básquet interparroquial juvenil.RENÉ FRAGA / EXPRESO
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    Una gran fiesta deportiva se vivió en la definición de los títulos de básquet interparroquial juvenil.RENÉ FRAGA / EXPRESO

El broche de oro de las finales tuvo a los quintetos masculinos de Calderón y Pomasqui como protagonistas.

El partido estuvo cerrado, con los oro y grana adelante en el marcador durante los primeros dos cuartos, y a sus rivales consiguiendo la remontada de la mano de Érick Mecías, quien con su técnica y habilidad adelantó a Calderón en el tercer parcial (41-40) y después selló la victoria por 49-43.

“Nunca nos rendimos. Siempre pensamos en ganar y esa mentalidad nos llevó al título”, afirmó Érick, quien lleva en la sangre al deporte, ya que su padre, Patricio Mecías, es exseleccionado provincial.