Los ahorros empezaron a acabarse y el boxeador Roger Guerrero debió pensar en otra alternativa para subsistir mientras su actividad deportiva vuelve a la normalidad tras el coronavirus. Es por eso que sacó su auto del parqueadero y lo convirtió en un taxi.

El pasado febrero, el ecuatoriano fue contratado por una empresa rusa para pelear el título mundial juvenil, avalado por la Organización Mundial de  Boxeo (OMS). Perdió la pelea, pero regresó a Ecuador con una buena cantidad de dinero que le permitió subsistir los dos primeros meses de la pandemia.

Parte de esa suma la invirtió en un pequeño vehículo que tenía previsto usar, precisamente, como taxi. Pero la emergencia sanitaria le impidió sacar a flote su emprendimiento, así que dejó el carro parqueado y empezó a vivir de los ahorros que logró guardar tras su regreso de Rusia.

Desde hace una semana, Guerrero retomó su proyecto de movilización. Hace unas 10 carreras diaria y, con eso, logra costear su alimentación, salud y arriendo. "Todas las mañanas, muy temprano, me levanto a hacer ejercicio. Como a las 09:00 ya estoy listo para manejar el taxi", comentó a este Diario.

Dinamita perdió de vista el título nacional por el peso superwélter, que debía disputar en abril ante Abel Mina. "No nos han dicho nada sobre retomar esa pelea. Yo creo que ya quedó para el próximo año", sentenció.

Por ahora, y tras haber obtenido un salvoconducto en su empresa deportiva para circular libremente, Guerrero se dedica de lleno al transporte. El mejor pugilista de peso mediano de Ecuador indicó que, en este momento, ese es su único ingreso, ya que sus clases personalizadas de boxeo también quedaron paralizadas por la emergencia.