Galíndez-Díaz
Damián Díaz no pudo anotarle un penal a Hernán Galíndez.HENRY LAPO

Barcelona no pudo suplir la partida de elementos vitales

El Ídolo del Astillero fue subcampeón en una temporada con la salida de jugadores y múltiples altibajos

La estrella 17 le fue esquiva a Barcelona, en una campaña que tuvo momentos complicados en lo futbolístico, en gran medida por la venta de jugadores considerados claves en su andamiaje, como Emmanuel Martínez y Byron Castillo, quienes el actual entrenador, Fabián Bustos, finalmente no pudo reemplazar.

Es que el Toro, que empezó la temporada con el Ídolo y se marchó por una jugosa oferta del Santos brasileño, volvió iniciada la segunda etapa tras la salida de Jorge Célico, quien pese a que llevó al cuadro canario a la final y con ello clasificó a la próxima edición de la Copa Libertadores de América, fue separado por la dirigencia liderada por Carlos Alfaro Moreno, que tomó la decisión de finalizar su contrato, tras tres duras eliminaciones: la del máximo evento continental de clubes del presente año, la Copa Sudamericana y la Copa Ecuador. Entonces, el primer nombre que surgió fue el de Bustos, un conocido de la casa que ya había sido campeón con el Ídolo.

El entrenador amarillo regresó al conjunto torero a dos meses de su salida del Santos, con el objetivo de ser campeón, algo que no logró pese a las incorporaciones de Jhon Jairo Cifuente y Fidel Martínez, quienes tuvieron altibajos en la campaña.

Bustos devolvió la titularidad y confianza a jugadores que no eran tomados en cuenta en largos pasajes por Célico; uno de ellos, Damián Díaz, el conductor de Barcelona y quien lideró dentro de la cancha la misión de conseguir la nueva estrella, aunque, como en la final de ida, por momentos se vio solo.

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El Kitu, la solidez en la portería de Javier Burrai, la seguridad en la defensa de los centrales Luca Sosa y Paco Rodríguez y el quite en la zona media de Bruño Piñatares formaron la columna vertebral de un Barcelona que ganó la primera etapa al sumar 30 puntos y alcanzó la valla menos vencida al solo recibir 11 goles.

En la segunda etapa, el rendimiento del Ídolo del Astillero bajó, al punto que terminó séptimo, con 21 unidades, una realidad que no pudo revertir en el cierre de la fase final, y al caer en el partido de ida 1-0 frente a Aucas empezó a desmoronarse el sueño del título.

Este vicecampeonato deja en la tienda torera el tácito compromiso de corregir errores para el próximo año, con miras a tener una exitosa Copa Libertadores de América y conseguir, ahora sí, el título de campeón.