Antonio Valencia
Antonio Valencia firmando un autógrafo en la camiseta del Manchester United.Jerson Ruiz

“No lo salvé… pero hablé con él”: Antonio Valencia y el día que evitó una tragedia

El gesto de Antonio Valencia que salvó a un joven al borde de quitarse la vida

En Quito, el tráfico avanzaba con la parsimonia de siempre. La ciudad seguía su rutina, ajena a la batalla que libraba un joven en silencio mientras caminaba hacia el borde del puente El Chiche, decidido a poner fin a su vida. 

Le pedían que no lo haga, hasta que apareció una figura inesperada: Antonio Valencia, el excapitán del Manchester United, el hombre que conquistó Europa, pero que ese día no pensaba en fútbol.

Antonio Valencia AV25
Antonio Valencia se desempeña actualmente como entrenador y dirigente de su equipo: AV25, plantilla que milita en Segunda Categoría.Gustavo Guamán/Expreso

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“Tuve una experiencia no tan agradable”, contó Toño. “Un chico quería quitarse la vida de este puente… era muy joven”.

Valencia conducía por la zona cuando notó la escena. No dudó. Detuvo su vehículo, bajó y se acercó con calma. No había uniforme, ni cámaras, ni estadio. Un hombre hablando con otro, en el momento más difícil de su existencia.

“No lo salvé… pero intenté hablar con él”, relató. En medio de la tensión, el joven lo reconoció. Tal vez ese instante de sorpresa encendió una pequeña luz. No fue el futbolista quien habló, sino el ser humano que sabe lo que es cargar peso, enfrentar la presión y lidiar con el silencio.

Valencia le habló al chico y se tuvo un final feliz

Le dio palabras sinceras, no para convencerlo, sino para recordarle que su vida importaba. Y entonces, como un milagro cotidiano, llegaron sus familiares. El muchacho decidió no saltar.

Aquel momento quedó tatuado en la memoria de Valencia: “Gracias a Dios llegaron sus familiares y decidió no quitarse la vida. La salud mental es muy importante… cuidemos de nosotros mismos, nuestra mente, nuestro corazón. La vida es muy frágil”.

Ese día no hubo goles, ni ovaciones. Hubo algo más valioso: un gesto silencioso que demostró que la mayor victoria no siempre está en una cancha, sino en tender la mano justo cuando alguien cree que ya no queda nada.

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