El sistema de transmisión, fundamental al momento de establecer la velocidad a la que se conduce un vehículo, pues es el que regula la potencia que se envía desde el motor a las ruedas, puede presentar alertas a veces imperceptibles por fallas que derivan en daños graves si no se presta la debida atención.

Lenin Mieles, mecánico con más de tres décadas de experiencia, explica que una de las mayores razones por las que llega a fallar la transmisión es el descuido con el aceite.

“A veces la falta de aceite, ya sea por daño de algún retenedor que ocasiona fugas continuas, hace que se fundan los rulimanes y no exista tracción en el sistema, por lo que carro se queda estático”, refiere el profesional, quien replica que la mayoría de vehículos presentan problemas en la transmisión debido a la pérdida de aceite.

Los elementos clave del sistema de transmisión son el embrague, la caja de cambios, los ejes, las ruedas y las llantas propiamente dichas. “Y la primera alerta ante fallas en las transmisión la emite el embrague, que se pone duro y, cuando se lo presiona, no entran los cambios; y, se eleva mucho el pedal”, precisa el mecánico Carlos Parra, al momento de señalar un problema común de la transmisión.

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Existen las transmisiones manual y automática. La primera, explica Mieles, genera menos costo para el mantenimiento, mayor ahorro de combustible; y, de necesitar una reparación o revisión, es menos costosa la visita al taller. Contrario a la automática que, si bien, es de fácil uso y manipulación, la reparación suele ser bastante costosa.

“El gasto para reparación de la transmisión automática siempre es más oneroso porque los componentes llegan prelubricados, la conexión de los componentes electrónicos toma tiempo, que el sistema mecánico”, precisa el profesional.

En resumen, los expertos en mecánica automotriz señalan que las referencias o alertas que debe considerar el conductor frente a fallas del sistema de transmisión es un cierto tipo de vibración que en los carros automáticos aumentan al rodar y en los mecánicos generan ruido.

Las fugas de aceite del sistema de transmisión de un automotor (la más común de las fallas), son las más fáciles de detectar por su color rojo. Cuando eso sucede, se endurece el sistema y el cambio realizado no agarra. Se puede escuchar un rechinar en el carro mecánico, mientras que en los automáticos llega a vibrar.

Además, el vehículo puede generar sonidos anormales, como silbidos, ruidos metálicos y rechinamiento al circular. En otras circunstancias, el carro se queda parado; y, aunque podría tratarse de otras fallas, también pueden detectarlo los sensores o realizando un escaneo al automotor. Otra alerta puede llegar a ser los fuertes olores a aceite quemado, que se pueden percibir con rapidez, cuando se calienta el motor.

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