Corrosión es lo primero que origina el uso de agua potable para el sistema de enfriamiento de un vehículo. Es por eso que, según expertos en el tema mecánico, lo recomendable es utilizar un refrigerante 50/50 (agua/aceite), que es el más adecuado para proteger el motor y la vida de sus componentes.

David Zamora, mecánico automotriz, explica que al menos el 70% de la energía generada por la quema del combustible es calor. Por eso, la importancia de mantener el sistema de enfriamiento en óptimas condiciones, porque previene el sobrecalentamiento del motor y que el calor se expanda de forma equitativa previo al arranque.

También detalla que lo primero que se afecta, cuando lo que se está usando en el vehículo es agua y no un refrigerante adecuado, son las partes del hierro fundido del motor, que se corroen y generan una lámina contaminante. Además, se deterioran todas las celdas del radiador, se perforan las cañerías metálicas, y los componentes plásticos se dañan a largo plazo.

La mayoría de vehículos tienen un sistema de enfriamiento compuesto por un radiador con ventilador, la bomba de agua, el termostato y los sensores.

Una limpieza del sistema de enfriamiento de un vehículo, dependiendo del modelo, puede costar entre 30 y 50 dólares en talleres locales. “Lo que se debe hacer enseguida en el carro es un mantenimiento preventivo de cambio de agua a refrigerante, para limpiar lo mayor posible todo el sistema”, explica el ingeniero Zamora.

Los componentes químicos que tiene el agua potable generan el deterioro del motor y los conductos del sistema de enfriamiento se oxidan, sostiene el mecánico Daniel Pin. Incluso, asegura, se daña el cabezote del motor por la corrosión.

“La parte que primero se deteriora por el uso de agua es el radiador del vehículo. Cuando las celdas se corroen se van generando perforaciones”, refiere, así también detalla que un buen refrigerante 50/50, que es aceitoso, protege las paredes del motor y no permite que se genere óxido, que con el tiempo carcome las piezas del sistema.

Además, mantiene lubricadas las mangueras del sistema de enfriamiento. “Con un refrigerante no habrá obstrucción, el líquido fluye con facilidad, algo que favorece el funcionamiento del motor y por ende el carro no tendrá fallas”, indica Pin.

Al ser consultados, cada qué tiempo es recomendable renovar el refrigerante, los profesionales indicaron que siempre dependerá del uso que tenga el vehículo. Uno de servicio público debería hacerlo al menos unas tres veces por año; en tanto que uno de uso particular cada 30.000 kilómetros.

Aclaran también que el agua puede ser usada solo cuando se presenta una emergencia y no hay otra opción; o para revisar si el sistema de enfriamiento tiene alguna fuga. De esa forma se evita el desperdicio de refrigerante que, en el mercado local, puede llegar a costar entre 15 y 20 dólares cada galón.

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