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Elio Morillo junto al Rover Perseverance y el helicóptero Ingenuity en las instalaciones del Laboratorio de propulsión a chorro de la NASA.
cortesía

MARS 2020: la misión del Perseverance contada por un ecuatoriano en la NASA

El guayaquileño Elio Morillo da detalles sobre cómo se vivió desde dentro, el último aterrizaje de la agencia espacial norteamericana en el planeta rojo

Han pasado 6 meses desde que Elio Morillo, el ingeniero ecuatoriano del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL por sus siglas en inglés) de la NASA, conversó con EXPRESO haciendo su primera aparición en un medio escrito del país. En ese entonces, Morillo relató con detalles su historia de vida y el sueño que tenía por delante: que su trabajo llegara hasta la superficie de Marte.

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Durante todo este tiempo, al que Morillo -con humor- hace analogía con 10 años de envejecimiento humano en la Estación Espacial Internacional, su labor dentro del programa MARS 2020 no se ha detenido. Pero todo el esfuerzo del ingeniero tricolor alcanzó un punto de clímax el pasado 18 de febrero, cuando el Rover Perseverance consiguió aterrizar sin inconveniente sobre el suelo del planeta rojo.

Ahora, Morillo vuelve a hablar con este diario para explicar en qué consistieron los últimos preparativos de la misión, cómo se vivió el aterrizaje del Perseverance y, entre otras cosas, por qué esto solo representa el inicio de algo más grande.

LO PUEDEN LOGRAR “UNA Y OTRA VEZ”

Después de casi 470 millones de kilómetros y 7 meses de vuelo, el Rover Perseverance aterrizó con éxito en la superficie de Marte el pasado jueves 18 de febrero, convirtiéndose así en el vehículo más grande y sofisticado jamás enviado a la superficie de otro planeta.

El robot, el quinto de la NASA en Marte después de Sojourner, Spirit, Opportunity y Curiosity, comenzó a rodar sobre suelo marciano sin problemas con la tarea de buscar signos de vida microbiana en una zona conocida como el cráter de Jezero, ya que los científicos creen que ahí, hace más de 3.500 millones de años, unos ríos se derramaron en el cráter y formaron un lago que pudo haber tenido vida.

Fotografía cedida por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que muestra el planeta Marte.

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Morillo revela que, durante los días previos al aterrizaje, él junto a su equipo se enfocaron en entrenar al talento humano y asegurase de que todos los subsistemas funcionaran como esperaban. Además, destaca que el día de la llegada al planeta rojo los equipos de entrada, descenso y aterrizaje tenían siempre al tanto al resto de compañeros sobre la información del Perseverance, formando una “armonía comunicativa” que apenas les dio problemas.

“Fue espectacular ver la poca cantidad de problemas que tuvimos de camino a Marte, en comparación con lo que se ha vivido en otras misiones”, comenta Morillo, aspirando a que la escasez de inconvenientes en esta misión se replique en las próximas.

La NASA y el equipo de JPL han aprendido mucho a lo largo de las décadas y estamos en una posición en la que creo que lo podemos lograr una y otra vez. Eso es lo que definitivamente esperamos de aquí a un futuro

Elio Morillo, ingeniero de la NASA

  • LOS SIETE MINUTOS DE TERROR

Sin embargo, y a pesar de que en esta ocasión las acciones de aterrizaje fluyeron con éxito, todo el equipo de la NASA tuvo que sobrevivir una vez más a los “siete minutos de terror”. Los ingenieros espaciales denominan así a los siete minutos que tarda la nave en desacelerar de forma automática desde los 19.500 km/h a los que entra en la atmósfera de Marte hasta los aproximadamente 3 km/h con los que se posa en su superficie.

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Como las señales de radio tardan unos 11 minutos en llegar a la Tierra (más de lo que dura todo el descenso) no se pueden gestionar los comandos en directo, así que todas las fases están perfectamente programadas y sincronizadas.

Esto quiere decir que cualquier mínimo error o evento meteorológico inesperado (una tormenta de arena, por ejemplo) podría haber alterado los planes: el amartizaje podría haber sido más violento de lo esperado o en un lugar distinto al previsto.

Por suerte, los planes no cambiaron y el Perseverance llegó a Marte sin un rasguño, pero de los nervios no se salvó nadie, comenta Morillo.

“Los siete minutos de terror tenían a todo el equipo con muchos nervios. Nosotros seguíamos una tabla de datos que indicaban la hora física en la cual exactamente aterrizaba o se estrellaba en la superficie de Marte el robot Perseverance”, expone el ingeniero.

Sabíamos que físicamente el robot ya se encontraba en la superficie de Marte de alguna manera, pero esa señal tardó en llegar casi 12 minutos. Así que estábamos con esa expectativa. Pendientes, aún sabiendo que ya todo había ocurrido.

Elio Morillo, ingeniero de la NASA.
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La alegría de haber superado todas las pruebas tras ese tiempo de nervios a flor de piel es calificada por Morillo como “increíble”. Él nos explica cómo se vivió desde dentro de la NASA:

ASÍ ES EL ROVER PERSEVERANCE

Morillo dice haber tenido el privilegio de estar rodeado de las “grandes mentes de la NASA”, con quienes ahora buscan responder a lo que considera “la gran pregunta”: ¿Estamos solos en el universo? Es ante esta incógnita donde entra en juego el Rover Perseverance, robot con el cual el joven guayaquileño se ha encargado en verificar su aviónica, las cargas útiles y el software.

El Perseverance tiene dos características únicas que lo diferencia de sus antecesores: la autonomía más compleja que se ha enviado en un robot hacia el espacio y la capacidad de poder viajar hasta 200 metros al día, algo que nunca se ha podido hacer con una tecnología autónoma en Marte.

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Gracias a este robot, MARS 2020 es la primera misión que conseguirá recoger y almacenar rocas y regolito (pequeños fragmentos, polvo y arena de la capa superficial) del suelo marciano para su posible retorno a la Tierra en futuras misiones.

Además, el rover caracterizará la geología, el clima presente y pasado del planeta, sus condiciones de habitabilidad y preparará el camino para las siguientes exploraciones robóticas y humanas. Actualmente, todas estás acciones se siguen estudiando mientras se prueba al robot en la superficie de Marte.

“El brazo robótico que incorpora es lo que nos va a permitir analizar muestras del planeta rojo al mismo momento de contactarlas”, sostiene Morillo.

Explica que, aún con esto, el proceso de recolección, almacenamiento y estudio de muestras no es tan sencillo y que será mucho más conclusivo estudiar las muestras una vez que lleguen a la Tierra de cara al futuro.

En adición a esto, Morillo da detalles sobre los estudios meteorológicos a realizar y sobre un instrumento enviado en la misión que acercaría aún más la posibilidad de futuras misiones humanas allí, una herramienta que considera “un aspecto crítico de la supervivencia humana en Marte”: el instrumento Moxy.

  • HELICOPTERO INGENUITY

Por otro lado, este rover incorpora un instrumento nunca antes visto en exploraciones especiales llamado Ingenuity, la primera aeronave que buscará volar de forma controlada en otro planeta.

La puesta en funcionamiento de Ingenuity equivale a “un momento extraterrestre de los hermanos Wright” según cataloga Morillo. El tricolor explica que esto se llevará a cabo en los próximos días ya que ahora se encuentran localizando un suelo plano para poder soltar, despegar y aterrizar el pequeño helicóptero. Dice, además, que hay que estar pendientes de las redes sociales de la NASA en donde compartirán esas primeras imágenes del instrumento en funcionamiento.

Tenemos 5 vuelos ya planificados (5 perfiles diferentes). El objetivo es entender cómo podemos pilotar un helicóptero en marte. Es decir, aprender a utilizar esa arquitectura en ese planeta para en un futuro, en vez de enviar rovers, comenzar a enviar helicópteros o drones.

Elio Morillo, ingeniero de la NASA.
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Luego de esa serie de vuelos, Ingenuity será abandonado, comenta el ingeniero, debido a que tiene el límite de solo poder volar 90 segundos puesto que la batería tiene que compartir energía entre el sistema de propulsión y los calentadores (para que la misma batería no se congele con el clima de Marte).

El helicóptero tiene un sistema de paneles solares para recargar la batería, sin embargo, el tiempo de carga es otra gran limitante. Y es que para que el sistema de paneles cargue la batería del aparato se necesitan cerca de 26 horas terrestres.

Teniendo en cuenta que el rover tiene que moverse 200 metros por día, y que la conexión entre ambos se pierde luego de 1 kilómetro de distancia, “sería un limitante dejar de hacer ciencia por esperar a Ingenuity”, confiesa Morillo. Por ello, solo lo utilizarán para esos cinco vuelos y una vez concluidos abandonarán el aparato para únicamente continuar con el rover por el resto de la misión principal.

ESTO RECIÉN EMPIEZA

La misión principal dura dos años terrestres. No obstante, el Rover Perseverance permanecerá allí hasta mucho tiempo después, pues al igual que el Curiosity, que permanece explorando Marte desde 2011. Este último robot está diseñado para quedarse descubriendo la superficie del planeta rojo incluso después de haber terminado la misión programada.

En relación a las expectativas que se tienen, Morillo considera que los resultados científicos son lo primordial y que, cada paso que dan en Marte, contribuye al desarrollo de algoritmos y tecnologías que se van a utilizar en misiones futuras.

El robot como tal es una extensión de todos nosotros. Es una extensión de nuestros ojos e incluso oídos en el planeta rojo.

Elio Morillo, ingeniero de la NASA.

El guayaquileño enfatiza en que esto recién empieza y que todavía queda mucho trabajo que tendrán que realizar desde la Tierra para replicarlo en Marte. Precisamente, ese es un campo en el que se encuentra trabajando actualmente.

“Estoy dirigiendo la réplica de los datos que estamos viendo en Marte aquí en la Tierra. Y es que en Marte están ocurriendo ciertas actividades cada sol. Entonces, con el banco de pruebas, lo que estamos haciendo en mi laboratorio es recibir esos datos, procesarlos y asegurarnos como equipo que la nave terrestre que tenemos aquí en la tierra esté replicando de manera simulada todo lo que está experimentando Perseverance”, dice.

¿Cuál es la razón por la que hacen eso? Básicamente para estar preparados, dice Morillo, ante cualquier actividad o evento inesperado, con lo cual tendrían la versión terrestre lista para poder hacer cualquier tipo de investigación y crear soluciones si se llegan a necesitar para luego enviarlas al Perseverance.

En los siguientes días Morillo también se unirá al equipo de operaciones para analizar la data de los sistemas electromecánicos. Además, participará dentro del equipo de pilotos que pondrán a despegar el helicóptero Ingenuity para tomar así el primer vuelo dentro de Marte.

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REPRESENTACIÓN LATINA

Morillo sostiene que no son muchos latinos dentro del proyecto, pero que considera satisfactorio ver cómo han conseguido tener una “gran representación” en el mismo, de la mano de profesionales como Diana Trujillo, la colombiana encargada de liderar la exitosa llegada de la misión a Marte y su actual jefa.

Además, el hecho de que por primera vez se realizó una transmisión en español de un aterrizaje robótico en otro planeta le da esperanzas al tricolor de que se convierta en algo recurrente para así poder motivar a los latinos a interesarse y buscar un acercamiento a profesiones similares a la suya.

Es un orgullo y muy emocionante poder compartir esto con el público, porque realmente esto es para ellos. Ser parte de este equipo es todo un honor. Hemos venido trabajando muchos años, realizando todo tipo de pruebas y asegurándonos que todo vaya a funcionar.

Elio Morillo, ingeniero de la NASA.

Además, confiesa que una de sus grandes inspiraciones es Ronnie Nader, director de operaciones espaciales de la Agencia Espacial Ecuatoriana, quien siendo ecuatoriano lidera muchos de los programas latinoamericanos de exploración y satélites en el espacio. “Ojalá podamos trabajar algún día juntos. Es importante recalcar y me emociona que la gente de Ecuador esté haciendo grandes cosas”, concluye.