El juego es una actividad innata en los niños. Entonces, ¿por qué no aprovecharlo y así darles la oportunidad de divertirse y aprender algo nuevo al mismo tiempo? Según María de Lourdes León, experta en estimulación temprana y terapia psicopedagógica, “eso es lo lindo de jugar. Los pequeños de la casa adquieren conocimientos a largo plazo sin darse cuenta”. Por eso, qué mejor que ellos tengan un tiempo de distracción, exploren y perciban a través de los sentidos lo que está a su alrededor.

Guía permanente

La experta comenta que es crucial que “los adultos hagan un acompañamiento constante para responder dudas y brindarles las herramientas necesarias para que puedan construir sus propios aprendizajes”. Los padres o cuidadores deben actuar como guías en este proceso. De esa manera, también se les enseña a afrontar cualquier reto que surja durante las actividades recreativas y aumenten sus habilidades de pensamiento.

Opciones

• Juguetes como legos, cubos o la construcción de torres fomentan la coordinación motriz, la flexibilidad de pensamiento, la atención y la memoria.
• Las manualidades, pintar o hacer un experimento casero incrementa la creatividad y reduce el estrés.
• Los juegos de mesa de estrategia, el jenga y el twister son algunas de las opciones que les ayudan a aprender a trabajar en equipo e incrementar la interacción social y ubicación en el espacio.
• Los patines, bicicletas, patinetas o pelotas son una opción perfecta para que ejerciten, mejoren la coordinación, las habilidades psicomotrices y estimulen los músculos de todo el cuerpo.
• Evite aquellos que estimulen la violencia como las armas, bombas o balines de juguetes.
• Utilice cualquier elemento que esté en casa. No se limite a juguetes prefabricados. También puede transformar una caja en una casa o un libro en un avión. ¡No hay límites!

¿Y la tecnología?

León menciona que, aunque existen juegos online o plataformas virtuales que contienen material pedagógico, “es mejor evitar el uso de las pantallas lo más que se pueda porque contienen estímulos visuales que cambian constantemente, en segundos, y por más que parezcan concentrados, realmente no es así porque no hay una atención sostenida”. Además, el uso constante de dispositivos electrónicos disminuye sus habilidades sociales y de lenguaje. Siempre prefiera objetos que logren estimular sus sentidos.