Sexualidad

Testosterona baja, mucho más que disfunción eréctil

Muchos mitos se escuchan sobre esta hormona. Especialistas dan las pautas que deben conocer los hombres de 45 años en adelante.

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Se debe normalizar el chequeo médico especialmente luego de los 45 añosShutterstock

Hay una cultura muy arraigada en la población masculina: los hombres no tienen por qué instruirse sobre su sexualidad, pues ya lo saben ‘todo’.

Sin embargo, saber y conocerse, lejos de parecer un signo de debilidad, puede ser la clave para mejorar su vida personal y en pareja.

Partiendo del ejemplo de que las mujeres suelen ir una vez al año para chequeo médico (Papanicolau, examen de mamas, entre otros), los especialistas sugieren que los varones también dediquen un tiempo para realizarse un abecé. Sobre todo, aquellos que rondan los 45 años en adelante, pues es una edad en la cual la hormona testosterona comienza a disminuir.

SEMANA dialogó con especialistas para conocer sus mitos y verdades.

Normalizar el chequeo médico

“¿Siente fatiga? ¿Tiene problemas de libido? ¿Ha perdido el deseo? ¡Está bajo de testosterona!”, aseveran algunas de las propagandas que bombardean la pantalla chica. Esto con el fin de promocionar suplementos.

Sin embargo, ante las campañas del marketing, hay que tener cuidado, pues no todo es lo que parece.

Según el endocrinólogo Christian Velásquez, especializado en la Universidad de Buenos aires (UBA), Argentina, “no necesariamente los síntomas como la disfunción eréctil, el desgano, o los cambios físicos pueden responder a una disminución del nivel de testosterona. El médico debe hacer un diagnóstico amplio para descartar si se debe a otros factores como varicocele en los testículos, diabetes, obesidad, depresión, estrés o abuso de esteroides”, ejemplifica.

Para mayor comprensión, Velásquez explica cómo funciona la testosterona. “Está presente no solo en hombres, sino también en las mujeres. Sin embargo, en ellas la concentración es menor”, aclara y agrega que “en los varones, esta hormona es la responsable del crecimiento del vello corporal, del desarrollo de la masa muscular y la ósea, y del cambio en el tono de voz desde la pubertad”.

Respecto a la disminución, sostiene que puede comenzar a partir de los 45 a 50 años de forma gradual (1% al año). “Si los exámenes de laboratorio arrojan un déficit, se puede nivelar para que el paciente pueda tener una vida plena. Para ello hay diferentes presentaciones, como las que se aplican intramuscularmente, los geles o cápsulas”, explica.

Sin embargo, antes de iniciar el tratamiento advierte que se debe realizar un estudio integral, que indague si hay antecedentes de cáncer mamario o de próstata, infartos, apnea de sueño, o si el paciente tiende a producir coágulos, ya que la testosterona puede empeorar esos cuadros.

Una vez que se inicia el régimen terapéutico es necesario el control luego de los tres meses, para supervisar que se ha superado el déficit y no presentar efectos secundarios.

¿Se siente identificado? Dejar pasar el tiempo y no acudir al especialista podría ser peor. “Todo hombre de 40 años (en adelante) debe tener, al menos, una vez al año un chequeo con el médico de cabecera”, enfatiza.

La moda de los suplementos

Desde los canales de televisión e incluso en los gimnasios se suele promocionar todo tipo de suplementos de testosterona para los hombres.

Sin embargo, la FDA (Food & Drug Administration) ha emitido varios avisos para advertir que las terapias hormonales sustitutorias solo se recomiendan para pacientes con algún déficit causado por una enfermedad o lesión, y no por el envejecimiento, ya que este no es una causal. “Es muy arriesgado automedicarse, ya que no saben de potenciales riesgos, como la ginecomastia (aumento de pecho), entre otros problemas”, advierte Velásquez.

Vigile sus niveles

La American Urology Association (AUA, por sus siglas en inglés) considera que presentar baja testosterona en sangre (baja-T) es equivalente a tener menos de 300 nanogramos por decilitro (ng/dL).

Disminución de la libido

Cuando los síntomas incluyen problemas de disfunción eréctil o disminución del deseo sexual, la pareja del paciente puede tergiversar las causas. “¿Ya no le gusto?”, o “¿Estará con otra persona?” suelen ser las interrogantes que invaden sus pensamientos.

A decir de Mónica Ortiz, sexóloga, terapista de pareja y docente universitaria, “una vez que los exámenes clínicos determinan un déficit de testosterona, la pareja debe ser su principal apoyo e incluso puede acompañarlo a la consulta para que el paciente no caiga en problemas psicoemocionales”.

De ahí que si el médico de cabecera es un urólogo o endocrinólogo, es necesario complementar con el apoyo de un profesional en sexología.

“En la mayoría de los casos se utiliza una terapia cognitivo-conductual, que es trabajar en sus pensamientos para que retome la confianza en sí mismo. Y si han existido problemas en la relación marital, se realiza terapia de pareja”, sugiere Ortiz. De esta manera, es posible lograr los resultados requeridos no solo a nivel biológico sino psíquico. “El deseo sexual es algo integral”, concluye.

Alerta a los síntomas

Los especialistas recalcan que no necesariamente estos síntomas están relacionados con niveles más bajos de testosterona, ya que pueden deberse a otros factores. En todo caso, si los presenta recurra a un especialista:

  • Cambios en la parte sexual. Podría haber disminución del deseo sexual, menos erecciones espontáneas (por ejemplo durante el sueño) y disfunción eréctil.

  • Alteraciones físicas. La fatiga, reducción del volumen y la fuerza muscular, así como la disminución de la densidad ósea pueden ser llamados de alerta.

  • Manifestaciones emocionales. El déficit de los niveles de la hormona testosterona puede conllevar al paciente a sufrir de tristeza o depresión, así como problemas para concentrarse o para recordar cosas.

Aumente de forma natural

Mantenga una alimentación sana que incluya verduras, frutas y grasas saludables. Las ostras, huevos, carne de res, ajo y brócoli son productores de testosterona.

  • Duerma las ocho horas necesarias para que su cuerpo descanse.

  • Incluya entrenamientos de fuerza (pesas) en su rutina de ejercicios.

  • Disminuya su nivel de estrés.

  • Tome sol o ingiera vitamina D, ya que según algunos estudios sirve para ayudar a nivelar la testosterona.