
Liderar con visión: la propuesta de Christopher West para empresarios guayaquileños
Mirar es observar el valor humano detrás de cada colaborador y reconocer lo que impulsa su verdadero desempeño
Christopher West, autor y conferencista internacional, visitó por primera vez Guayaquil para ofrecer una serie de charlas. Una de ellas reunió a empresarios locales en un encuentro íntimo y reflexivo sobre un tema que, aunque parece simple, toca el corazón de cualquier organización: la diferencia entre mirar y ver a las personas.
Una clave olvidada del liderazgo
West comenzó con una pregunta que descolocó suavemente a la audiencia: “¿Cuál es la diferencia entre alguien que te mira y alguien que realmente te ve?”. La sala, en silencio, entendió de inmediato que no se trataba de un juego retórico, sino de un espejo para evaluar cómo lideramos.
West comenzó con una pregunta que descolocó suavemente a la audiencia: “¿Cuál es la diferencia entre alguien que te mira y alguien que realmente te ve?”. La sala, en silencio, entendió de inmediato que no se trataba de un juego retórico, sino de un espejo para evaluar cómo lideramos.
Dirigiéndose por un momento a las mujeres presentes, lanzó otra pregunta aún más directa: “¿Qué prefieren, ser miradas o ser vistas?” La reacción fue espontánea: todos sabemos que ser vistos implica reconocimiento, interés genuino y humanidad. Ser solo mirados, en cambio, puede sentirse frío, distante o incluso funcional.
Llevado al ámbito empresarial, este contraste se convierte en una herramienta poderosa. Un líder que “mira” se queda en lo operativo: funciones, tareas, métricas. Un líder que “ve” presta atención a lo que sostiene a cada persona: sus motivaciones, temores, fortalezas y la historia que trae consigo.
West lo sintetizó con una frase contundente: “El cuerpo expresa a la persona”. Y aunque esta afirmación tiene raíces filosóficas, aplicada a la empresa significa algo muy concreto: cada colaborador es más que sus entregas. Reducir al trabajador solo a sus resultados es mirarlo; comprender su aporte humano es, verdaderamente, verlo.
Una visión profunda en la toma de decisiones
Ofreció ideas que pueden transformar la manera en que se dirige un equipo. Una de ellas, fue: “Si solo miramos a otro, veremos únicamente su cuerpo, no su alma”. Traducido al lenguaje empresarial: si solo observamos lo visible -los resultados, los indicadores o las conductas- se puede perder la oportunidad de entender qué sustenta de verdad el desempeño.
Ese entendimiento profundo es lo que permite que un gerente que “ve” pueda:
- Anticipar la desmotivación antes de que se convierta en rotación.
- Descubrir talento escondido detrás de tareas rutinarias.
- Ubicar a las personas en roles donde puedan expresarse mejor.
- Fortalecer la cultura interna a través del reconocimiento auténtico.
- Resolver conflictos atendiendo las causas reales, no solo los síntomas.
Otra frase que resonó con fuerza fue: “Miramos, pero no vemos”. Es un diagnóstico preciso de lo que ocurre en muchas empresas: se evalúa sin escuchar, se piden resultados sin contexto y se planifica sin considerar la realidad humana de los equipos.
Por eso insiste en que las personas expresan quiénes son en la manera en que trabajan, se relacionan y participan. El desafío del líder es aprender a leer esas señales, no para juzgar, sino para acompañar y potenciar.
Personal
- Junto con Wendy, su esposa desde hace 30 años, tienen cinco hijos.
- Cofundador y presidente de Theology of the Body Institute.
- Posee una Maestría en Estudios Teológicos (Master of Theological Studies) por el Pontifical John Paul II Institute for Studies on Marriage and Family.
- Posee un doctorado en Teología (Th.D.) en la Pontifex University.
Ver para liderar
Su propuesta no es teórica ni distante: es una invitación a practicar una forma de liderazgo más humana, más atenta y más consciente. “Ver” implica detenerse, mirar a los ojos, escuchar lo que no se dice y reconocer el valor único de cada persona que sostiene la organización.
Su mensaje a los empresarios guayaquileños se resume en una idea simple y transformadora: si queremos empresas más sólidas, creativas y sostenibles, debemos aprender a ver a las personas que las construyen. Porque -como él lo repite- “miramos, pero no vemos”, y en esa diferencia se juega la calidad de nuestras relaciones y la fuerza de nuestras decisiones.
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