Inseguridad
La inseguridad puede causar estrés y ansiedad.Shutterstock

La inseguridad vulnera la salud mental

Los constantes robos y asesinatos, entre otros actos de violencia, hacen que muchas personas estén a la defensiva y con inestabilidad emocional.

Llegar a un semáforo en rojo mientras maneja, activa una alerta inmediata en Raquel Alarcón que la hace ver por los retrovisores constantemente para comprobar si alguien camina hacia ella o alguna moto se acerca a su carro con actitud sospechosa. La joven, de 29 años, vive con un miedo permanente cada vez que sale de su casa, con la angustia de si ese será el día en que un ladrón la agreda a ella o uno de sus familiares.

El sentir de esta guayaquileña es muy probable que todos los ecuatorianos en algún momento de sus vidas lo hayan experimentado. O hayan conocido a través de amigos, familiares, la televisión o en las redes sociales, de historias de violencia, robo y asesinato.

El peligro acecha a la urbe, recorrer la ciudad, a pie o en auto, es peligroso. El miedo es real y se intensifica con las recientes noticias de los amotinamientos, drones con explosivos y la masacre en la Penitenciaría del Litoral, acontecimientos que sensibilizan a las personas, pero que también perjudican su salud emocional.

Alto nivel de ansiedad

La psicóloga Leonor Díaz explica que, según varios estudios, “está comprobado que vivir en un lugar en el que existe un alto nivel de riesgo o delincuencia sí afecta a la salud mental”. Además, a nivel neuronal, hay mayor producción de ciertas sustancias como el cortisol, que incrementa el nivel de estrés. Y por eso, la ansiedad es una de las principales consecuencias en la psiquis de cada persona.

“Cuando se vive en un contexto peligroso las personas podrían comenzar a volverse violentas o a reaccionar mal con las personas a su alrededor. En casos más graves, también podrían querer buscar medios de escape (como el alcohol o drogas), para obviar la realidad en la que se encuentran”, comenta Díaz.

Más seguros, en casa

Cuando la angustia por no querer salir de casa se intensifica, podría llevarlo a sufrir de agorafobia, término que hace referencia a un tipo de trastorno de ansiedad (que suele aparecer luego de los ataques de pánico), generado por el miedo a exponerse a lugares que le causen temor, dice la psicóloga Pamela Santistevan.

“Muchas personas no quieren salir a la calle y si se les acerca alguien, se sobresaltan. Esto provoca un mayor gasto de energía a nivel mental, las personas se sienten más cansadas, menos motivadas y más agresivas porque actúan a la defensiva. Y debido a que en Guayaquil el peligro está en toda la ciudad, comienzan a reducir la vida social y buscan permanecer en el hogar porque lo consideran un refugio o lugar seguro”, puntualiza Santistevan.

Qué hacer

Canalizar el miedo, estrés o ansiedad que siente por la inseguridad en que vive es posible. Díaz da varios consejos.

  • Seleccione el contenido informativo que consume. Las noticias de robo y violencia no solamente se encuentran en los medios de comunicación, sino también en las redes sociales. Si sabe que conocer sobre esos temas le causa inseguridad y malestar, reduzca su consumo y opte por información positiva que le genere otro tipo de emociones y así comprobar que no todo lo que sucede es malo.
  • Cuente con una red de apoyo que lo haga sentir seguro. Tener a amigos y familiares cercanos con quienes conversar le puede ayudar a desahogarse y a distraer su mente de las noticias negativas.
  • Sea precavido al salir. Aunque quedarse en casa podría ser una solución a corto plazo, no puede vivir encerrado por siempre. Cuando salga, evite estar cerca de mucha gente, no maneje en zonas peligrosas, etc.
  • Practique ‘mindfulness’ (actividad que ayuda a regular las emociones y centrarse en el aquí y el ahora) y canalice toda su energía en acciones positivas como hacer ejercicio, pintar, cantar o cocinar. También puede escribir un diario personal en que puede poner en palabras todo aquello que le aqueja o le causa temor. Es una gran herramienta exteriorizar lo que piensa diariamente.
  • Evite compartir contenido sensible a través de sus redes sociales. Si así lo desea, solicite a sus contactos que tampoco le envíen esa clase de información.

Cuándo buscar ayuda

Ambas expertas recalcan que si existe un cuadro de ansiedad grave que no le permite continuar con sus actividades diarias de forma regular y disminuye su calidad de vida, es importante acudir a terapia para que un experto lo acompañe en su proceso psicológico. “Somos seres biopsicosociales y necesitamos interacción con los demás, no podemos estar por siempre en una burbuja imaginaria”, dice Díaz.

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Un estudio de género realizado en la Facultad de Estudios Superiores de la Universidad Nacional Autónoma de México, concluyó que la frecuencia de miedo, ante escenarios delictivos, es mayor en las mujeres en comparación con los hombres.

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El objetivo de dar a conocer los peligros en las calles no es asustarlos, sino alertarlos. “No les dé detalles de la inseguridad que existe, pero sí les puede hacer saber que estamos en una sociedad complicada y hay que tener cuidado. Se les enseña con el ejemplo. Si como padre está angustiado, no sale de casa y se la pasa llorando, su hijo va a aprender que así es cómo se lidia con esas situaciones”, añade Díaz. Enfóquese en decirles lo que sí puede hacer y cómo protegerse. Recalcar que siempre debe confiar en sus padres, no hablar con desconocidos y no sacar nada de valor de la casa.

"Mi hijo mayor se pone muy nervioso cuando estoy conduciendo y empieza a oscurecer porque ya nos han robado dos veces en los semáforos. No sé qué hacer, pero a veces pienso que la solución es irnos a otro país más seguro. Me da pena que nuestra ciudad esté así y no podamos vivir tranquilos”.
Titi Aguirre
Es terrible tener que estar en zozobra, a la defensiva, pero sé que tampoco podemos permitir que el miedo controle nuestras vidas y decisiones. La delincuencia está en todas partes, siempre hay que tener cuidado y estar alerta”.
Wiwi Hoyos