FINANZAS EN PAREJA
Es recomendado revisar el presupuesto en pareja dos veces al mes: al inicio (para definir metas) y al final (para evaluar avances).FREEPIK

Finanzas en pareja: estrategias para administrar y hablar de dinero sin discusiones

Hablar de finanzas con asertividad es la clave para que el dinero sea un puente de confianza y no un motivo de ruptura

Ariana G. y Christian R. son una pareja que desde el primer día puso las cartas sobre la mesa: ella dejó claro que esperaba que él cubriera la mayor parte de los gastos, y él aceptó sin dudar. Para ellos, ese acuerdo funcionó. Pero no siempre sucede así: en muchas relaciones, hablar de finanzas puede sentirse como un respiro de alivio o, por el contrario, convertirse en toda una escena de tensión.

Entonces, ¿por qué algo que debería ser un recurso para crecer juntos termina siendo uno de los mayores detonantes de discusiones? A continuación, exploraremos cómo abrir estos temas sin que se transformen en batallas, y se conviertan en puentes que fortalezcan la relación.

Simboliza más que cifras

Para el psicólogo clínico Steven Jara, hablar de dinero en pareja no debería ser un tabú, sino un tema central que se trate con apertura y transparencia. “Muchas veces pensamos que discutir de finanzas solo tiene que ver con números o cuentas, pero en realidad abarca mucho más: puede simbolizar seguridad, independencia o incluso reconocimiento dentro de la relación”, explica.

El especialista señala que, cuando este tema no se aborda abiertamente, cada persona asume que su forma de manejarlo es la correcta, lo que genera choques de perspectivas. Y el resultado puede ser desconfianza, tensiones y discusiones que se repiten una y otra vez.

En muchas parejas, la gran duda aparece cuando llega el momento de dividir gastos: ¿es mejor que todo sea 50/50 o que una sola persona se encargue de todo? Jara recalca que no hay una fórmula única, sino acuerdos que se construyen con base en la realidad de cada relación. “Lo que influye mucho es la crianza, la cultura y hasta los mitos con los que crecimos: en algunas familias se esperaba que el hombre cubra todo; en otras, la idea de equipo es lo que marca la pauta”, comenta.

Por su lado, Veliz coincide en que no existe una ‘receta universal’. “La forma correcta es la que te deja dormir tranquilo en las noches. Si ambos acuerdan que uno cubra todo y eso no genera problemas, perfecto. Y si prefieren hacerlo juntos, también está bien. Lo importante es que sea un acuerdo mutuo porque lo que realmente fortalece la relación es la transparencia, la comunicación y el objetivo compartido de construir juntos”, explica.

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¿Cuándo hablar de finanzas?

Katherine Veliz, Licenciada en Negocios Internacionales y Coach de Finanzas, indica que el momento de abrir la conversación económica llega cuando la relación empieza a dar pasos hacia la formalidad. “No vas a preguntarle a alguien cuánto gana en la primera salida, pero si ya estás viendo que la relación va en serio, es importantísimo sentarse y definir: ¿cuáles serán nuestras metas?, ¿cómo vamos a organizarnos?, ¿tendremos un fondo en común o dividiremos los gastos?”, explica.

Además, Veliz insiste en que este tema debería ser uno de los “no negociables” dentro de cualquier relación. “Así como elegimos valores o proyectos de vida en común, la sintonía respecto al manejo económico debería estar en esa lista. Muchas parejas terminan divorciándose porque nunca hablaron de cómo administrar sus recursos y, cuando finalmente surge, el conflicto ya es enorme”, advierte.

Por eso, ella invita a perder el miedo y hablar con total transparencia sobre ingresos, hábitos de consumo y expectativas. “Hoy sigue siendo un tabú y a muchos les da vergüenza decir cuánto ganan o cuánto gastan, pero son conversaciones necesarias. Solo así evitamos sorpresas y construimos confianza real”, añade.

El momento equivocado

Así como es importante elegir el momento para hablar de finanzas, también lo es saber cuándo evitarlo. Jara recomienda nunca abrir la conversación en medio de una discusión, cuando alguno está estresado o de mal humor. En esos escenarios, cualquier comentario puede sentirse como un ataque personal.

La experta plantea varias opciones:

  • Fondo común: Ambos depositan sus ingresos en una cuenta compartida, de la cual salen todos los gastos del hogar. Lo que sobra se reparte para que cada uno tenga su propio presupuesto personal.
  • El famoso 50/50: Cada quien paga la mitad de todo. Aunque parece justo, no siempre lo es, porque no representa la misma carga para alguien que gana 500 que para quien gana 1000.
  • Aportes proporcionales (la más recomendada): Cada uno contribuye con el mismo porcentaje de su sueldo. Por ejemplo, si ambos acuerdan aportar el 40 %, quien gana 500 dará 200, mientras que quien gana 1000 dará 400. La diferencia en montos es evidente, pero el esfuerzo es equitativo porque ambos están poniendo la misma fracción de sus ingresos.

Tip extra

Revisen su presupuesto dos veces al mes: al inicio (para definir metas) y al final (para evaluar avances). Háganlo en un plan ameno como una cita para convertirlo en un ritual de equipo, no en una obligación pesada.

Profesionales al rescate

Si las discusiones financieras empiezan a desgastar la relación, es momento de considerar ayuda externa. La guía de un psicólogo puede abrir un espacio seguro para trabajar la comunicación, mientras que un asesor financiero aporta claridad para organizar presupuestos, deudas o planes de ahorro.

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