
Esta es la edad en la que el envejecimiento se empieza a notar más
Entre los 30 y 35 años la piel cambia visiblemente, momento ideal para empezar a cuidarla y potenciar su luminosidad
El envejecimiento es un proceso natural, pero hay una etapa en la que sus signos comienzan a hacerse más evidentes. Según Ana Rivadeneira, CEO del centro estético Anti Age AR, esto ocurre entre los 30 y 35 años, cuando la piel empieza a perder colágeno, elasticidad y luminosidad. Las líneas de expresión se marcan, aparecen manchas solares y se percibe cierta flacidez en zonas como mejillas y párpados.
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Lejos de ser una señal de alarma, este momento representa una oportunidad clave para adoptar hábitos que mantengan la piel fresca, firme y saludable. Con los avances en estética y el acceso a rutinas simples pero efectivas, es posible prolongar la vitalidad cutánea por muchos años más.
¿Qué ocurre entre los 30 y 35 años?
Durante esta etapa, el cuerpo reduce progresivamente la producción de colágeno y elastina, dos proteínas esenciales para la firmeza y elasticidad de la piel. Esto se traduce en cambios visibles: líneas de expresión más marcadas, pérdida de luminosidad, aparición de manchas solares y flacidez incipiente en zonas delicadas como el contorno de ojos y mejillas.
Ana Rivadeneira explica que “la piel comienza a perder colágeno y elasticidad, aparecen líneas de expresión más marcadas, manchas por el sol, cambios en la luminosidad, y también cierta flacidez en zonas como mejillas o párpados”.
Cuidar la piel: un acto de prevención, no de corrección
La buena noticia es que hoy en día existen múltiples formas de conservar la piel en su mejor versión. “Lo básico es una rutina diaria de limpieza, hidratación y protector solar, además de buenos hábitos como alimentarse bien, tomar agua y descansar”, recomienda Rivadeneira.
Más que combatir el envejecimiento, se trata de acompañar el proceso con conciencia y cuidado. A partir de los 30, los tratamientos preventivos como limpiezas profundas, hidrataciones intensivas o terapias con luz pueden marcar una gran diferencia en la textura y el brillo de la piel.
Rivadeneira enfatiza que “más que verlo como algo negativo, es la oportunidad perfecta para empezar a cuidar la piel y mantenerla fresca y luminosa por mucho más tiempo”. Esta visión positiva del envejecimiento invita a replantear la relación con el cuerpo y a entender que cada etapa tiene su belleza, siempre que se acompañe con hábitos saludables y atención consciente.
Tips para evitar el envejecimiento prematuro
- Protector solar todos los días: incluso si está nublado o no sales de casa, el sol es el principal acelerador del envejecimiento cutáneo.
- Hidratación constante: toma suficiente agua y usa cremas humectantes que se adapten a tu tipo de piel.
- Alimentación rica en antioxidantes: frutas, verduras, grasas saludables y proteínas limpias ayudan a mantener la piel firme y luminosa.
- Descanso reparador: dormir bien permite que la piel se regenere y reduzca signos como ojeras y flacidez.
- Evita el tabaco y el exceso de alcohol: estos hábitos deterioran la calidad de la piel y aceleran la aparición de arrugas.
- Manejo del estrés: practicar meditación, yoga o actividades creativas ayuda a mantener el equilibrio hormonal y emocional.
- Rutina de limpieza diaria: limpia tu rostro cada mañana y noche para eliminar impurezas y permitir que los productos actúen mejor.
Entre los 30 y 35 años, la piel comienza a contar su historia. Con los cuidados adecuados, esa historia puede ser luminosa, firme y llena de vitalidad. Envejecer no es perder belleza, sino aprender a cultivarla desde adentro y reflejarla con orgullo. El momento de empezar es ahora.
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