Todos los alimentos tienen su ciclo de vida; unos duran más y otros menos, a causa de la descomposición que se produce por la proliferación de microorganismos, que son los responsables de acelerar su deterioro.

La ingeniera química Blanca Escobar explica que ese proceso de desgaste va a depender de los niveles de agua que contengan los alimentos. Mientras más agua, más rápido crecerán las bacterias.

Además, en ese proceso de descomposición de la comida también están involucrados otros factores como el clima, la temperatura, la humedad, además de agentes químicos que participan en la oxidación o la fermentación.

Por ello es imperativo tener algunos trucos bajo la manga para preservar los víveres unos días más.

• Consejos

1. A lavar. Limpie y desinfecte los productos en el momento que vaya a utilizarlos (no antes). Evite remojarlos, solo enjuáguelos bajo el grifo.
2. Preserve. Guárdelos en bolsas de plástico perforadas en los cajones de la parte baja de la nevera.
3. En la refrigeradora. Allí coloque manzanas, arándanos, uvas, frutillas, brócoli, lechuga, apio, choclo, entre otros.
4. A la intemperie. Plátanos, cítricos, mango, piña, pepino, tomate, cebolla, ajo, papas, etc.

• A conservar

1. Los vegetales y las frutas. Existen múltiples vías para preservar los productos verdes, como las conservas con aceite de oliva o en encurtidos, pero se los debe someter solo a un hervor antes de hacer este proceso. Las frutas puede dejarlas en almíbar o sirope (se lo realiza con cantidades iguales de agua con azúcar hervida).
2. Las hierbas. La experta recomienda guardarlas en fundas plásticas con una servilleta húmeda; pero si desea que duren más tiempo, deshidrátelas.
3. Los lácteos son los que más rápido se descomponen. En este caso es preferible consumirlos frescos y preservarlos en refrigeración. Es mejor evitar guardarlos en el congelador, porque podrían proliferar las bacterias.