¿Mujeres explorando minas o aún más, una mujer gerenciando una empresa minera? Hace diez o veinte años esto era impensado en Ecuador.

Carolina Orozco (36) aún recuerda los desafíos que tuvo que afrontar por ser mujer y joven en un rubro tan masculinizado. “La primera vez que quise entrar a una mina, no me dejaron. ¿Y sabe por qué? Porque existía el mito o la creencia de que si una ingresaba a los yacimientos, ‘traíamos mala suerte’”.

A partir de esa experiencia, Carolina decidió quedarse en el sector minero. “Mi lucha fue para que las próximas mujeres que vengan detrás de mí no tengan que pasar esa vergüenza”.

Y lo logró. En el 2019 fundó Woman in Minning, capítulo Ecuador, donde busca empoderar y visualizar a las mujeres del sector minero y se respeten sus derechos. Mamá soltera, empresaria, ambientalista y la primera mujer en gerenciar una empresa minera, Carolina le contó a SEMANA parte de su lucha.

Por la equidad

¿Cómo una ingeniera ambiental llegó al sector minero?, es la incógnita cuando se conversa con Carolina.

“En una clase de la universidad, los estudiantes tuvimos que simular la creación de una empresa y en ese proceso de averiguar cómo se manejaba la normativa en Ecuador, noté que esta podía ser mejorada y decidí apuntarme a una segunda carrera: Derecho”.

Durante esa etapa universitaria vivía muy cerca de Fundación Natura y, de hecho, confiesa “nunca imaginé trabajar en minería. Yo creía que el extractivismo (o extracción de recursos) dañaba el planeta”.

Sin embargo, el tiempo le demostró lo contrario, sobre todo cuando empezó a hacer pasantías en Repsol. “Allí conocí cómo ayudaban a las comunidades y destinaban inversiones al tema ambiental. Eso hizo que me dedique a investigar y darme cuenta de que más podía ayudar desde adentro que protestando afuera”, dice y agrega “respeto las protestas, me llevo muy bien con los conservacionistas, entiendo sus convicciones y sé que nuestras ideas pueden converger en un punto de equilibrio”.

Habla con ese entusiasmo que le dan sus dos profesiones, con las cuales ha podido aportar en normativas ambientales para el país.

Rompiendo esquemas

En el camino fue ocupando espacios predominados por hombres. Desde la función pública, por ejemplo, desempeñó algunos cargos, entre esos asesora y luego coordinadora nacional ambiental de Sectores Estratégicos, por alrededor de ocho años. Y después los hizo desde el sector privado. A partir del 2019 es gerente de Torata Mining Resources (una empresa minera de exploración.) “Hoy, soy la única ingeniera ambiental gerenciando una empresa minera en el país... Ojalá se sumen más”, anhela. Después fundó Women in Mining Ecuador con el propósito de empoderar a la mujer en el sector minero que tanta falta hace.

“En un estudio que hicimos con doce empresas ecuatorianas que accedieron a liberar su información, se encontró que solo hay un 16 % de mujeres en esta industria. Falta concienciar más y dejar de pensar que esta actividad solo es para hombres”.

En torno a eso, Carolina puede dar cátedra y explica todos los porqués. “Yo no lucho para que las empresas contraten más mujeres. Sería un error buscar que se las contrate para subir el porcentaje. Mi lucha es que los hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades ... Para mí, el talento no tiene género”, lo dice claramente esta líder femenina del sector.

Desafío de una madre soltera y empresaria

El casco y chaleco suelen ser parte de su uniforme todoterreno.

Cada quince días le toca viajar desde su natal Quito hasta la provincia de El Oro, donde queda la concesión.

Todo ese ritmo de empresaria lo balancea con su rol de madre. “Es caóticamente hermoso... Mi hijo viaja mucho conmigo, mi equipo ambiental y los biólogos... Mientras yo estoy en reuniones, ellos van a conocer los bichitos...”, refiere.

El ser madre hizo que encamine su trabajo hacia la reciprocidad ambiental. “Si la Madre Tierra ya me está prestando su mineral, oro, cobre, plata, debo usar gran parte de esos recursos para ayudar al mundo a su descontaminación y dejar un buen lugar para nuestros hijos”.

Y explica que eso se puede lograr con energías limpias, las cuales funcionan a base de minerales. “Sin minería no podríamos tener un mundo limpio”. De ahí que los minerales que busca en cada exploración deben ser usados para combatir el problema ambiental que el mundo tiene “y ojalá para erradicar la pobreza”, puntualiza.

Minería con propósito

Los años de experiencia en temas ambientales hicieron que Carolina tenga claro su aporte a los demás.

“Por donde yo vaya, tengo que dejar una huella positiva, sino no sería yo”, comenta.

Lo refleja con su aporte a comunidades como Torata, El Guayabo y Sabayán, ubicadas en Santa Rosa, donde la empresa hace exploraciones. “Ellos tienen que sentir los impactos positivos de habernos permitido entrar a su territorio”.

En su mayoría, su labor se enfoca en las mujeres. Las han capacitado para que puedan emprender con servicios de catering, limpieza, lavandería, y así tengan independencia financiera. “Es superlindo cuando me siento a conversar con ellas y ver que estoy incentivando su crecimiento personal”.

En los viajes de fin de semana suele ir acompañada también de su hijo, quien ve cómo la minería se la trabaja con propósito.

Ahora, a Carolina ya no hay quien la detenga en una exploración por túneles oscuros, demostrando lo contrario a lo que decía el mito, que una mujer traía mala suerte. “Igual seguimos encontrando oro”. Y de hecho, para su hijo es la mujer que busca minerales para cuidar el planeta.

Personal

• Quiteña de 36 años.
• Ingeniera ambiental.
• Abogada
• Tiene una maestría en Seguridad, Salud, Calidad y Ambiente.
• Asimismo, es máster en Ambiente y Seguridad en Proyectos Mineros.
• Y actualmente cursa un MBA en la Universidad de Barcelona.