
Cáncer de próstata: lo que los hombres deben saber desde los 40
Aunque es uno de los cánceres más comunes en hombres, el de próstata sigue rodeado de mitos
Hablar de cáncer de próstata sigue siendo incómodo para muchos hombres. El temor, la desinformación y las creencias culturales arraigadas han hecho de esta enfermedad no solo un reto médico, sino también social. Para la doctora Margarita Barahona, experta en salud masculina, romper con los mitos es el primer paso hacia una detección oportuna y un tratamiento efectivo.
“Pensar que si no hay síntomas no existe enfermedad es uno de los errores más graves. El cáncer de próstata puede desarrollarse de forma silenciosa, especialmente en sus primeras etapas”, explica.
Uno de los prejuicios más frecuentes es que este tipo de cáncer solo afecta a hombres mayores. Si bien el riesgo aumenta después de los 65 años, también puede presentarse en edades más tempranas, sobre todo en quienes tienen antecedentes familiares o factores genéticos de riesgo. La doctora también desmiente otro mito peligroso: “Un PSA elevado no siempre significa cáncer. El antígeno prostático específico puede alterarse por infecciones o hiperplasia benigna. Por eso, un solo resultado no debe alarmar sin estudios complementarios”.
El tabú del examen prostático
Pero quizá el estigma más difícil de erradicar es el relacionado con la masculinidad. Muchos hombres evitan el examen de tacto rectal por vergüenza o miedo a que su hombría sea cuestionada.
“Cuidarse no tiene nada que ver con debilidad. El examen puede ser incómodo, pero es rápido, seguro y altamente sensible para detectar alteraciones”, asegura Barahona, especialista en Humana. Añade que, si bien algunos tratamientos pueden ocasionar disfunción eréctil, no es una consecuencia inevitable y existen métodos para contrarrestar los efectos.
Desde la perspectiva médica, el cáncer de próstata está vinculado a una serie de factores biológicos, genéticos y ambientales. La edad avanzada, los niveles altos de testosterona y la obesidad inciden directamente en su aparición.
“Aunque la obesidad no es una causa directa, sí favorece mutaciones celulares con el tiempo”, comenta la doctora. A esto se suman las mutaciones hereditarias y los antecedentes familiares. “Si un familiar fue diagnosticado antes de los 55 años, el riesgo es aún mayor”, enfatiza.
Los más vulnerables: hombres afrodescendientes
Barahona también destaca que existe una población particularmente vulnerable: los hombres afrodescendientes. “Ellos tienen mayor riesgo, desarrollan la enfermedad más temprano y con mayor agresividad”, señala. Geográficamente, las regiones con mayor exposición solar y aquellas con dietas ricas en carnes rojas también muestran una mayor incidencia de esta forma de cáncer.
Frente a este panorama, la especialista hace un llamado urgente a la acción. Recomienda realizar controles anuales a partir de los 40 años, sobre todo si hay antecedentes familiares. Para ella, no se trata solo de estadísticas médicas, sino de vidas que pueden salvarse con información y prevención. “El silencio de esta enfermedad no puede ser una excusa para la inacción”, concluye.