
¿Cabello limpio o sucio para el tinte? 6 errores que debes evitar
Prepararte mal para la cita en el salón puede arruinar tu color o corte
Los expertos en cabello tienen un mensaje claro para los clientes: ciertos hábitos previos a la cita en el salón pueden complicar el servicio y afectar el resultado final. Basados en la experiencia de cinco estilistas profesionales, estas son las prácticas más comunes que deberías evitar.
1. Llegar con el cabello sucio para un tinte
Es un mito persistente que el cabello sin lavar ayuda a que el tinte se adhiera mejor. La realidad es opuesta. Nickie Alton, estilista maestra en The Canyon Salon, explica que la grasa y la suciedad actúan como una barrera que reduce la efectividad del colorante o el decolorante.
Kristina Maccaro, especialista en color, advierte que el cabello excesivamente sucio —por ejemplo, después del gimnasio o con exceso de shampoo seco— puede oscurecer la percepción del tono natural y llevar a una formulación de color incorrecta. El consenso entre los expertos es que el cabello ideal para un servicio de color está limpio, seco y desenredado, preferiblemente lavado uno o dos días antes.
2. Lavar el cabello antes de un tratamiento químico
Para servicios que involucran químicos directos en el cuero cabelludo —como alisados, permanentes o decoloración completa— la recomendación cambia. Petula Skeete, estilista en Nueva York, señala que los clientes no deben lavar el cabello justo antes. Eliminar los aceites naturales deja el cuero cabelludo más expuesto y puede causar irritación y molestia significativa durante el proceso.
3. Presentarse con el cabello enredado
Llegar con nudos dificulta y alarga el servicio. Skeete indica que el cabello enredado o cargado de productos ralentiza todo el proceso. Nikki Corzine, dueña de un salón, añade que desenredar el cabello antes permite al estilista ver la longitud real y realizar aplicaciones de color o extensiones con mayor precisión. Un cabello manejable ahorra tiempo valioso que puede destinarse a lograr el objetivo del cliente.
4. Reservar el servicio incorrecto por falta de claridad
Un error común es reservar una cita para un "recorte" cuando en realidad se desea un cambio de estilo completo o un corte más elaborado. Esto genera problemas graves en la agenda del salón y puede retrasar a otros clientes. Los estilistas enfatizan que la responsabilidad de una consulta minuciosa recae en ellos, pero instan a los clientes a llamar y hacer preguntas específicas antes de reservar para asegurar que el tiempo asignado sea el adecuado.
5. No llevar fotos de referencia (o llevarlas inadecuadas)
La comunicación visual es crucial. Dawna Jarvis, estilista maestra, celebra cuando los clientes llevan múltiples fotos, tanto de estilos que les gustan como de los que quieren evitar. Maccaro recomienda buscar referencias de personas con tono de piel, color de cabello natural y rasgos faciales similares a los del cliente, en lugar de elegir solo la tendencia más reciente. Evitar la "jerga técnica" y usar imágenes claras previene malentendidos.
6. Ocultar experimentos caseros y tratamientos previos
Este punto es crítico para la salud del cabello. No revelar el uso de tintes de caja, henna, alisadores químicos caseros o cualquier tratamiento previo pone al estilista en una posición de riesgo. Maccaro advierte que estos productos pueden interactuar de forma impredecible con los químicos profesionales, lo que puede causar daños severos y evitables.
Corzine añade que corregir un experimento casero suele ser más costoso que haber realizado el servicio en el salón desde el principio. La honestidad total sobre el historial del cabello es la base para un servicio seguro y exitoso.
Una preparación adecuada y una comunicación clara y honesta no solo facilitan su trabajo, sino que garantizan que el cliente salga del salón con los resultados que desea y con su cabello en óptimas condiciones.
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