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El Instituto Nacional de Salud Pública e Investigación (INSPI), lidera en Ecuador la red de vigilancia genómica del virus, que incluye procesos de secuenciación.Cortesía INSPI

La vigilancia genómica se vuelve el radar del virus en Ecuador

Es un proceso que permite identificar las variantes que circulan en el país. Lo realizan el INSPI, la USFQ y la UEES. Ahora se suman la PUCE y UTPL.

Sus resultados permiten identificar las variantes que circulan en el país del virus causante de la covid-19. Es un proceso complejo que tarda al menos una semana, pero frente al reconocido déficit de pruebas de diagnóstico para conocer cuál es el índice de nuevos contagios y en qué zonas se registran, la secuenciación genómica se ha convertido en la principal fuente de información de las autoridades para la toma de decisiones.

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Consiste en establecer la secuencia completa del genoma de un organismo, en este caso, del virus presente en las muestras extraídas de pacientes de covid-19. El fin es determinar a qué linaje pertenece o si se trata de alguna nueva mutación.

Más de un año y medio después de la detección del SARS-CoV-2 en China, sus mutaciones se cuentan por centenas en todo el mundo. Pero no todas se vuelven de interés y logran diseminarse, como la alfa y la delta, que han demostrado mucha mayor capacidad de transmisión que el virus original.

Una vez identificada una variante, es posible reconocerla a través de pruebas de PCR específicas, sin necesidad de otra secuenciación. Estos procesos forman parte de lo que se denomina ‘vigilancia genómica’.

Debido a la constante mutación del virus, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha instado a los países a realizar vigilancia genómica. En Ecuador, esa tarea la cumple desde el año pasado una red que lidera el Instituto Nacional de Salud Pública e Investigación (INSPI) y que la integran la Universidad San Francisco de Quito (USFQ; y la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), ambas privadas.

El martes pasado, la ministra de Salud, Ximena Garzón, anunció que a esta vigilancia se sumarán la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) y la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).

Isabel Cueva, coordinadora zonal 7 del MSP, refirió que los hospitales Teófilo Dávila e Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social operan a su capacidad máxima.

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“Es un anuncio muy alentador. Mientras más centros puedan ayudar con esta vigilancia será mejor para el país”, resalta Patricio Rojas, director del Instituto de Microbiología de la USFQ. En promedio ellos secuencian entre 40 y 50 muestras semanales, acota.

“Indudablemente es bueno que más universidades lo hagan”, coincide Fernando Espinoza, director de Investigaciones de la UEES. “Secuenciamos un promedio de 48 muestras mensuales”, agrega.

Tras la confirmación de los casos de delta en el país por parte del INSPI, la ministra Garzón afirmó que en los últimos 30 días Ecuador fue el segundo país de la región después de Chile que más secuenciación realizó. No obstante, la cifra no solo sigue siendo baja si se considera que países como el Reino Unido suman más de 300.000. Y, aparte de ello, hay otros reportes que colocan a Brasil, Colombia, Argentina y Perú por encima de Ecuador.

“Que hagamos más que el resto no significa que sea óptimo”, acota Patricio Rojas al respecto. En todo caso, él resalta que la capacidad total instalada servirá para monitorizar otras enfermedades infecciosas que siempre enfrenta el país como dengue, zika, influenza, etc.

La cifra543 procesos de vigilancia genómica se realizaron en el país en los últimos 30 días, según informó Salud.

Por lo pronto, la PUCE está a la espera de los insumos que debe enviarle el Ministerio de Salud para procesar 5.000 muestras y determinar si corresponden a la variante delta.

Su director de Investigaciones, Hugo Navarrete, acotó que también harán secuenciación, aunque en algunos casos con ayuda de laboratorios del extranjero para reducir costos.

En tanto, la UTPL prevé colaborar en la extracción del virus de las muestras de pacientes, pero dentro del proceso de secuenciación que realiza la USFQ, según indicó la coordinadora del proyecto de vigilancia genómica, Paola Dalgo.

La institución espera que su aporte permita ampliar la vigilancia a las provincias del sur, fronterizas con Perú, destaca.

Aparte del INSPI, todas las universidades que colaboran en esta tarea son particulares. No hay por ahora ninguna universidad pública.

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Los procesos de secuenciación genómica son complejos, demoran de 7 a 12 días y requieren de insumos que lo encarecen.Cortesía INSPI