Velorio del agente de la Unase conmueve a Caluma: ¿qué detalles impactaron más?
Su cuerpo fue hallado atado y con signos de tortura en una zona boscosa de difícil acceso en El Triángulo
Dos amigas de Gladys Garófalo no logran imaginar lo que significa estar en los zapatos de esta madre que perdió a su hijo, Julio Alexander Gaibor Garófalo, agente de la Unidad Nacional de Investigación Antisecuestros y Extorsión (Unase) asesinado en Playas, provincia del Guayas.
Como mamás, María y una tocaya de la progenitora saben que no existen palabras capaces de mitigar un dolor tan profundo, pero procuran acompañarla con oraciones, silencios y abrazos.
Julio, un joven amable y comprometido con su carrera
Ambas conocieron a Julio Alexander desde que era niño. Por eso, ver llegar su cuerpo en un féretro a Caluma, en Bolívar, fue como recibir una bofetada. “Era un joven amable, respetuoso, no merecía ese final. Cuando supimos que había desaparecido, temimos lo peor. Se decía que investigaba a grupos criminales. Solo pedíamos que encontraran su cuerpo para que sus padres tuvieran consuelo”, comenta Gladys, cuyo nombre coincide con el de la madre del joven agente.
Julio tenía 24 años. Había ingresado a la Policía hace más de cuatro años y recientemente había aprobado el curso para ascender al grado de cabo. Pero la muerte acabó con esa ilusión.
Desaparición en Playas y angustia familiar
Fue reportado como desaparecido el 20 de junio, aunque sus padres recibieron la noticia al día siguiente. Desde entonces, dejaron su casa en el recinto El Mirador, a 20 minutos del centro urbano de Caluma, y se trasladaron al cantón Playas, donde ocurrió la desaparición. Allí vivieron días de incertidumbre, aferrándose a cualquier pista.
El 11 de julio regresaron por unas horas a su tierra, buscando un respiro. Pero durante la mañana del día siguiente, otra llamada les cambió la vida: el cadáver de Julio había sido hallado. Las autoridades confirmaron que fue torturado antes de fallecer.
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Detalles del hallazgo del cuerpo del agente policial
El cadáver fue encontrado tendido boca abajo, en posición de decúbito ventral, en una zona boscosa y de difícil acceso de la urbanización El Triángulo, cerca de la vía El Morro-Playas. Vestía una pantaloneta blanca con franjas negras, camiseta blanca y medias tobilleras negras.
Las manos estaban atadas a la espalda con una cuerda azul y junto a los restos se encontró una vaina percutida.
Honores póstumos y despedida en su tierra natal
Esa misma noche, su cuerpo volvió a casa. Fue recibido con honores. En su barrio todos salieron a despedirlo. La tristeza fue colectiva, pero también el reconocimiento a un joven que sirvió al país en una unidad de alto riesgo.
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