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Lo que debe saber de las vacunas contra la COVID-19

Las dosis de las tres farmacéuticas que se administran en Ecuador son seguras, afirma un especialista. Evitan entre el 80 y 100 % la hospitalización y muertes por la enfermedad

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Dosis. En el Hospital de la Mujer Alfredo G. Paulson de Guayaquil se administran vacunan a adultos mayores y personas con discapacidad.Christian Vinueza

Desde que empezaron a salir las vacunas contra el coronavirus, a finales del año pasado, los cuestionamientos y dudas sobre su eficacia no faltaron. Y desde ese tiempo hacia acá no se ha logrado amplificar con claridad, pese al reiterado esfuerzo de salubristas, cuál es realmente la importancia de vacunarse, con cualquiera de las opciones disponibles, ante este virus que ya ha dejado tres millones de muertos (el último millón en los últimos tres meses) y cientos de millones de contagiados en el mundo en solo un año.

La preocupación más reciente está relacionada con la aparición de trombos tras la inoculación de dosis de AstraZeneca y Johnson & Johnson en determinados países. En el caso de esta última, la empresa detuvo su distribución esta semana tras detectar seis casos de un “tipo raro y grave de trombos o coágulos de sangre” de entre 6,8 millones de vacunados.

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Nikolaos Kyriakidis, docente investigador de la Universidad de las Américas, asegura que, pese a estos pocos casos que están siendo estudiados por los expertos a nivel mundial, todas las vacunas que están disponibles “son seguras”, pues el beneficio es mayor que el no ponérselas, incluyendo las tres que tenemos en Ecuador: Pfizer, AstraZeneca ySinovac. Lo más importante es que las tres previenen entre el 80 y el 100 % la hospitalización y la muerte por la enfermedad.

EXPRESO explica junto a Kyriakidis lo que usted tiene que saber sobre estas vacunas.

  • Pfizer/BioNTech

La vacuna fue desarrollada por el laboratorio estadounidense Pfizer y la compañía de biotecnología alemana BioNTech. Utiliza una tecnología conocida como ARN mensajero, que consiste en inocular una parte de la información del ARN mensajero del virus en las células musculares. “Las células utilizan esa información para producir una proteína del virus que se expone al sistema inmunológico y generamos defensas”, dice Kyriakidis.

La eficacia de la vacuna es del 93 al 94 % frente a la enfermedad sintomática. Es decir que las personas vacunadas tienen del 93 al 94 % menos riesgo de desarrollar cualquier síntoma de la enfermedad frente a los no vacunados. “Uno puede adquirir el virus, pero no la enfermedad”, agrega. Eso significa que, aunque no presente síntomas, la persona vacunada y contagiada podría contagiar a otros. Por eso, la recomendación es que, incluso con la vacuna, hay que seguirse cuidando.

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El dato más alentador es que tiene un 100 % de eficacia frente a la enfermedad grave, la hospitalización y la muerte.

“Nosotros deseamos evitar la hospitalización, intubación y la muerte y pues para eso las vacunas que están en el país y las que están aprobadas a nivel mundial están entre el 80 y 100 %”, recalca el investigador.

La desventaja de estas dosis es su almacenamiento. Al igual que la vacuna de Moderna, necesita congelación muy baja, de -70 grados, para mantenerla por semanas. “Será un reto tremendo distribuirla en la Amazonía, en áreas rurales. Ahí las personas deberán ir obligatoriamente a un hospital a ponérsela”.

  • AstraZeneca

Esta vacuna fue desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, y la tecnología que usa es la de vectores virales. Aquí se utiliza la misma información que en la de Pfizer, pero se la inserta en la secuencia de un adenovirus, que son los virus que provocan el resfriado común.

“Utilizamos un caballo de Troya, un adenovirus inactivo, que nos facilita la transferencia de una fracción del nuevo coronavirus dentro de nuestras células. Y las células producen la proteína del virus, generando las defensas”, detalla.

Su eficacia es del 76 a 79 % para la enfermedad sintomática y del 100 % frente a hospitalización y muerte. A diferencia de la de Pfizer, esta sí puede conservarse en una nevera a 4 grados.

Esta vacuna, al igual que la de Johnson & Johnson, ha causado preocupación por la generación de trombos. Sin embargo, para Kyriakidis, esto se ha amplificado incorrectamente y es necesaria una comparación para entender el significado real de estos números.

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“Estos son trombos cuyo desarrollo, si no se detecta a tiempo, puede conducir a la muerte; pero el riesgo de que las personas vacunadas lo sufran es de 0,0004 %”, menciona y asegura que con el uso de anticonceptivos, ese mismo riesgo sube a entre 0,05 y 0,12 %. “Y yo no he visto la suspensión de estas pastillas, y no debería”. Para los fumadores, afirma, el riesgo de desarrollar trombos es del 0,18 %.

El especialista asegura incluso que la probabilidad de sufrir trombos tras el contagio del virus sin estar vacunado es mucho mayor. “Para las personas que adquieren la enfermedad, el porcentaje de desarrollar trombos es del 16,5 %”. Además, la vacuna no solo previene el Sars-Cov2, afirma, sino la neumonía y otras enfermedades.

La Agencia Europea de Medicamentos dijo que los trombos se detectaron en mujeres menores de 60 años en las dos semanas posteriores a la vacunación y la Organización Mundial de la Salud la recomienda para mayores de 50 años.

Kyriakidis asegura que su padre en Grecia ha recibido la vacuna de AstraZeneca y, lejos de pedirle que no acuda, le dijo que esté pendiente de síntomas muy específicos: dolor de cabeza muy pronunciado, dolor de pecho, visión borrosa o visión doble y pequeñas manchas o enrojecimiento en el sitio de la aplicación. “Si tenemos esto debemos acudir a una casa de salud”, recomienda.

Un 15 % de ausentismo en las citas de vacunación hay en promedio en Ecuador. En sitios como Solca, en Guayaquil, se ha registrado el 35 %, según el Ministerio de Salud.

  • Coronavac (Sinovac)

La china CoronaVac del laboratorio Sinovac es “una de las vacunas más tradicionales que tenemos”, dice el especialista. Utiliza la tecnología de patógenos inactivados, que lo que hace es inactivar completamente el virus. “Acá no usamos otro vector sino el mismo virus inactivado, por lo que no puede infectar, pero el cuerpo sí reacciona a él para generar anticuerpos”, indica el investigador.

Su eficacia varía en algunos países, pero en el caso de Brasil, por ejemplo, se señala que es del 50,7 % frente a la enfermedad y del 100 % frente a las hospitalizaciones y muertes.

Chile sacó el viernes sus resultados del estudio de efectividad de la Coronavac en su población y la subió a 67 % frente a la enfermedad sintomática y estimó entre un 80 y 89 % su efectividad frente a la hospitalización y muerte.

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La diferencia con los anteriores datos es que la eficacia es el resultado de estudios clínicos, mientras que la efectividad (lo que hizo Chile) es el resultado de estudios que provienen de su aplicación en el mundo real. En Chile, más de 7 millones de personas han recibido al menos una dosis.

El especialista en infectología asegura que a diario le preguntan si ponerse o no esta vacuna. “Yo les digo: ‘Yo me la pegaría en este momento en el ojo’. Lo que me interesa es evitar mi muerte, poder vivir con mi familia y verlos otra vez”.

  • Sputnik V y Johnson & Johnson

Aunque Ecuador no ha comprado estas vacunas, Kyriakidis también las recomienda. La vacuna rusa Sputnik V, asegura, tiene una eficacia muy alta: del 91,6 % frente a la enfermedad sintomática y del 100 % contra la hospitalización y muerte; mientras que la de Johnson & Johnson, con una sola dosis, más del 60 % frente a la enfermedad y del 100 % frente a la muerte.

EN DETALLE

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Tras la aparición de nuevas variantes como la de Reino Unido, Nueva York, Sudáfrica o Brasil, la población en general se ha preguntado si las vacunas actuales son efectivas para combatir las nuevas mutaciones del Sars-Cov2.

En el caso de las de Pfizer y BioNTech, las empresas anunciaron en enero que la vacuna conserva prácticamente toda su eficacia frente a las variantes británica y sudafricana del virus de la COVID-19.

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Sin embargo, el pasado 15 de abril el consejero delegado de la farmacéutica Pfizer, Albert Bourla, aseguró que “probablemente” sea necesaria una tercera dosis de refuerzo de la vacuna dentro de los 12 meses posteriores a haber sido completamente vacunado, para que la inmunización sea total.

El ejecutivo también indicó que estas dosis serán una herramienta importante para luchar contra las variantes de la COVID que han demostrado ser más contagiosas.

En el caso de la de Sinovac, Nikolaos Kyriakidis, investigador de la UDLA, sostiene que el estudio de efectividad que ha efectuado Chile esta semana permite señalar que la Coronavac está “ampliamente” comprobada frente a la variante brasileña, pues en este país la transmisión de la P.1 ya es comunitaria. Además, en en este país esa vacuna ha sido administrada no solo a personas sanas sino también a personas con discapacidad y con comorbilidades. 

“Es importante señalar que el 80 % del que habla Chile es un número súper importante y mucho mayor que una vacuna de influenza que se aplica anualmente. La de influenza tiene una eficacia del 25 al 50 % y sí tiene un impacto en la salud pública”, explica.